Elegir el tipo correcto de leche es una actividad que aunque puede sonar sencilla, es importante que se adapte a las necesidades de cada persona.
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Con el paso del tiempo, el acto de ir al supermercado a comprar leche se ha vuelto más complejo debido a la diversidad de opciones que existen.
Sin embargo, antes de adquirir una de ellas es importante conocer las necesidades o lo que se busca para elegir la más adecuada y saludable par ti.
Aquí te dejamos la descripción de cada una:
Leche entera
Este tipo de leche es la más común y a la que no se le ha agregado o quitado algún componente. De ahí que se le llame "entera".
Su porcentaje de grasa es de 3.5 y su único proceso ha sido la pasteurización para eliminar las bacterias.
Leche descremada
Esta leche sufre un proceso en el que pierde un importante porcentaje de grasa, pero sin perder los valores nutritivos (calcio, lactosa y proteínas) de la leche entera.
Su registro es de 86 calorías y menos de un gramo de grasa por vaso frente a las 146 calorías por vaso y 7.9 gramos de grasa de leche entera.
Respecto a su sabor, este es un tanto insípido en comparación con la leche entera.
Leche deslactosada
Desarrollada específicamente para quienes son intolerantes a la lactosa (tipo de azúcar presente en todas las leches), o bien para quienes dejaron de consumir leche entera por un largo tiempo e hizo que su organismo ya no produjera lactasa (enzima que absorbe nutrientes de la leche).
Su sabor es un poco más dulce, y su consistencia es menos espesa que la de la leche entera. Puede encontrarse tanto entera como descremada, por lo que puede ser confundida por quienes buscan consumir menos grasa.