El gimnasio Inspire South Bay Fitness, ubicado en Redondo Beach, California, reabrió sus puertas e instaló cápsulas de plástico individuales para permitir a los clientes hacer ejercicio y mantener el distanciamiento social.
Las cápsulas permiten tomar una clase grupal, mientras hacen ejercicio en la caja de plástico.
Su propietario, Peet Sapsin, dijo en una entrevista al Business Insider, que se le ocurrió la idea después de pedirle a los clientes que probaran el ejercicio con máscaras. Al ver que era difícil mantener la respiración, comenzó a buscar otras opciones.
Las cabinas tardaron tres días en construirse y están hechas de cortinas de baño y tuberías de PVC. Hay nueve vainas en total.
Cada una está encerrada en tres lados, pero tiene una parte posterior y una parte superior abierta, lo que ha llevado a algunos clientes a preguntarse qué tan seguros son como alternativa.
Al llegar, se les pide que se desinfecten las manos y que les tomen la temperatura con una pistola sin contacto. Luego, cada cliente es asignado a una de las nueve cápsulas, las cuales tienen todo el equipo necesario para la clase.
Los gimnasios y centros de acondicionamiento físico en todo el país han estado lidiando con los efectos de la pandemia.
Se estima que unos 38,000 gimnasios y estudios de acondicionamiento físico, permanecieron cerrados en los últimos meses.
A medida que las restricciones han disminuido en Estados Unidos, estas empresas han estado buscando la mejor manera de reabrir al público, para mantener a los clientes seguros, pero sin obstaculizar demasiado la experiencia de entrenamiento.
Sapsin dijo que los últimos meses han sido "extremadamente difíciles". "Si tuviéramos que cerrar por dos meses más, no creo que habríamos podido reabrir", agregó.
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