Es un descaro, en realidad un insulto, que el ministro de comunicaciones y el Inguat salgan diciendo que el 90% de las rutas turísticas está en buen estado. Mentirosos son, cuando menos, y en el caso del señor ministro Aldo García además irresponsable y mediocre.
Es imposible salir de la ciudad de Guatemala sin enfrentarse en la carretera a colas provocadas por obras no terminadas, por carreteras mal pensadas, por tener la peor política de mantenimiento.
Pero no todo son las carreteras: siete muertos y 21 heridos en el accidente en San Cristóbal hace dos semanas.
Si abrimos el libro de contabilidad de las víctimas en carretera pasaríamos meses ¡años! llorando la cantidad de vidas arruinadas por conductores imprudentes, por empresarios irresponsables, porque la educación vial en Guatemala es simplemente inexistente.
Lo hemos visto y padecido todo. Camionetas saliéndose del carril a toda velocidad compitiendo por pasaje, camionetas en contra vía terminando de explotar Chimaltenango, tráileres partiendo por la mitad las calles justo cuando el semáforo da verde.
Conductores borrachos en la madrugada, conductores borrachos en la noche, en la tarde, los hay hasta en la mañana, pinches bolos irresponsables que somos.
Conductores súper lentos en el carril izquierdo, conductores volando rebasando por la derecha. Kamikazes rebasando en curva. Taxistas abusivos. Neuróticos, engreídos petulantes que le echan el carro a los peatones. Motos que se atraviesan entre los carros, motos sin luces, motoristas sin casco con bebé, esposa e hija en la misa máquina.
Cero consideración. Si el semáforo está en amarillo el acelerón, etcétera, pinche etcétera.
Todo eso mata, cada gesto irresponsable arrastra consigo vidas, la suya para empezar. Y uno dice “está bien, vaya, mátese”, pero no, no frieguen, vaya y viva, no se vale que la irresponsabilidad de un conductor sumada a la mediocridad acumulada de gobiernos corruptos y de nuevo, mediocres, se la pasen matándonos.
No se vale que no podamos recorrer el país en paz, porque para terminar de joder, pues también te asaltan. No se vale.
Aquí toca ser ciudadanos críticos, podríamos llenar cientos de plazas manifestando contra nosotros mismos. Exijámonos, seamos copilotos cascarrabias, exijamos al piloto, “chofer, chofer, más responsabilidad!”.
Y claro, si este país tuviera un gobierno –aunque sea uno regular- este ministro de comunicación ya tendría ratales de esta en su casa, despedido o arrestado.
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