Un hombre fue condenado por conspirar para lavar dinero, fue uno de los siete acusados de integrar una red.
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El Tribunal Undécimo de Instancia Penal emitió una sentencia condenatoria en contra de William Giobani Chacón Zaldaña por el delito de conspiración para lavar dinero.
Chacón días atrás se sometió al procedimiento de aceptación de cargos.
Los jueces del Tribunal aceptaron su declaración y decidieron condenarlo a dos años y ocho meses de prisión conmutables. Además, le impusieron el pago de una multa de 5 mil quetzales, la cual deberá ser entregada a la entidad Cabecitas de Algodón.
La investigación
El caso inició por una alerta emitida por la Intendencia de Verificación Especial (IVE) por transacciones sospechosas en la cuenta de William. Movimientos que realizó en el 2006, aunque él fue capturado en 2022.
El acusado había creado una empresa de venta de accesorios de celulares, pero los ingresos en su cuenta no tenían coherencia con la actividad comercial o su perfil económico. Fue así como empezaron a investigarlo.
William abrió la cuenta bancaria el 16 de febrero de 2006, aseguró que su empleo era como encargado de un almacén y que su empresa se dedicaría a la venta de artículos de celulares y para el hogar.
La IVE registró una alerta por operaciones realizadas en tres bancos del sistema por dicha cuenta bancaria, eran transacciones en dólares, que incluía en su mayoría depósitos en efectivo. Los movimientos se registraron entre enero y septiembre de 2006.
La duda surgió porque en su cuenta mantenía cerca de 300 dólares, pero registró ingresos por 304 mil dólares en esos pocos meses.
"En el análisis del movimiento de sus cuentas personales, se han detectado depósitos en efectivo estructurados de 6 mil y 9 mil dólares, con el propósito de evadir el formulario de Reporte de Operaciones en efectivo, exigido por la Ley contra el Lavado de Dinero", fue parte de la acusación del Ministerio Público.
Según la investigación, William y otras personas, tenían una forma de operar. Giraban cheques entre ellos mismos y se encargaban de hacer depósitos estructurados, todos menores a los 10 mil dólares, para "evadir" el control.
"Al revisar la actividad económica de cada uno de ellos y realizar el análisis con los movimientos de las cuentas, estas no son coherentes", aseguró la Fiscalía contra el Lavado de Dinero que lleva el caso.
Pero no solo las transacciones fueron sospechosas, había además otras alertas. Por ejemplo, que los depósitos en efectivo que realizaban eran en billetes de nominación de 20 dólares. Retiraban el efectivo el mismo día que habían depositado y el tamaño de la empresa no estaba acorde a sus ingresos.
William narró ante el Tribunal lo que hacía. "Yo cambiaba dólares en la 7.ª avenida y 10.ª calle de la zona 1", dijo al iniciar su declaración.
Según el acusado, las personas llegaban a darles dólares y él iba al banco a depositarlos en su cuenta y luego cambiarlos. Él no se percató que esa actividad podía ser constitutivo de delito.
Incluso dijo que los mismos cajeros de los bancos les indicaban cómo depositar el dinero. "Había desinformación por parte de banco por tema de lavado de dinero, antes era diferente", manifestó William.
También dijo que a quienes les cambiaban los dólares eran personas desconocidas que llegaban a esa área para dar dólares y recibir quetzales.
Aunque la investigación no incluyen la procedencia del dinero, sino el movimiento sospechoso, se presume que los dólares que William y los demás recibían eran producto de venta de drogas y otras actividades ilícitas.
El abogado de William aseguró que su cliente había sido utilizado, porque no tenía dolo, solo era la manera en que se ganaba la vida.