El expresidente Otto Pérez Molina y la ex vicepresidenta Roxana Baldetti se vieron obligados a entregar sus bienes, entre ellos dos caballos que nadie quiere comprar.
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Casas, dinero, fincas, terrenos, cámaras de colágeno y hasta dos caballos, han sido parte de los bienes que les han incautado y extinguido al expresidente Otto Pérez Molina y a la ex vicepresidenta Roxana Baldetti.
Aunque la mayoría de bienes se han subastado, alquilado o se han entregado a instituciones de Gobierno, la Secretaría Nacional de Extinción de Dominio (Senabed) se ha encontrado con un problema: no logra vender dos caballos pura sangre de Pérez Molina y de Baldetti, debido a que están "muy viejos" y uno está enfermo.
Se trata de dos equinos de Raza Española, entre los dos están valorados en más de 40 mil quetzales (Q43,715.50) uno en Q21,071 quetzales y el otro en Q22,644, según el avalúo practicado por el profesional autorizado por el Ministerio de Finanzas Públicas (Minfin).

Sin embargo, por su edad no son atractivos para los compradores, ya que sobrepasan su "vida útil" de 15 años, pues se considera que a esa edad "ya no son aptos para actividades deportivas", porque "ya no se desempeñan con la eficiencia y la rapidez", detalló a Soy502 el titular de la Senabed, Jorge Mario Andrino.
Además, uno de ellos, con el nombre de "Patas Blancas" padece de "laminitis" en una de sus patas. La enfermedad mencionada se trata de un hongo contagioso que crea hinchazón de la lámina de sus cascos, lo que produce dolor y cojera severa, especialmente al moverse en círculo o sobre una superficie dura, lo que provoca reticencia al caminar y aumento de presión en los cascos.

Por esta razón el establo donde permanece el caballo pura sangre ha sido acondicionado con viruta de madera para evitar que sufra más dolor. Tampoco puede ejercitársele mucho, por lo que únicamente se le saca a caminar una vez al día y se evita el galope.

Mantenimiento costoso
Para la Senabed, la falta de interés por los caballos de Baldetti y Pérez Molina se ha convertido en un grave problema debido al costoso mantenimiento que significa el cuidar dos equinos pura sangre.
Aunque se encuentran en la finca Okan, decomisada a Luis Gómez por el caso del Transurbano, el costo de mantenimiento sólo por los dos caballos es de Q3 mil mensuales, que incluye alimentación, veterinario y vaqueros que se encargan del cuidado de los equinos.
Según los vaqueros que cuidan a los animales, cada uno recibe a diario una libra de concentrado, heno que deben de tener en su potrero, viruta para que no se lastimen los cascos y también se les saca al "picadero" para comer pasto verde y que no les de cólico.

Cada día se les limpia el pelaje para que no tengan garrapatas y se les lava con un champú especial que les hace brillar el pelaje y se les saca al área de exhibición de caballos para entrenarlos y que se ejerciten.

Antes de llegar a la Senabed, los caballos estaban al cuidado de la Escuela de Equitación, pero fueron decomisados en 2018, lo que representaría que el Estado ha erogado unos Q792 mil quetzales en el cuidado y mantenimiento de los caballos de Baldetti y de Pérez Molina.
Esto representa un problema porque la Senabed tiene un presupuesto anual de Q11 millones que "a duras penas alcanza para pagar la planilla" y les deja "poca capacidad" para el mantenimiento de los animales que se extinguen, manifestó Andrino.
Estrategia para la venta
Adicional a los caballos de Baldetti y Pérez Molina, la Senabed tiene a su cargo un caballo peruano negro decomisado a un narcotraficante, el cual es joven y no tiene ninguna marca en la piel, por lo que se cree que podría ser fácil subastarlo.
"No tiene fierro, la veterinaria indicó que tiene unos 8 años y los caballos peruanos negros son muy raros, por lo que se cree que podrá venderse rápido", explicó uno de los trabajadores de la Senabed que se encarga del cuidado de la finca.
Es por ello que las autoridades evalúan la posibilidad de vender a los tres animales en combo. Es decir, la persona que quiera adquirir al equino peruano, se llevará los caballos españoles de Baldetti y Pérez Molina; pero aún están en análisis y se debe de establecer el precio en el que se sacarían a subasta los tres animales.
Otros animales
En la Finca Okan también se resguardan 14 cabezas de ganado, de las cuales cinco son vacas adultas, cinco terneros, cuatro becerros y tres toros; de razas comerciales, BS cruce, Holstein y Brahaman, el primer ingreso se registró en julio de 2016.

Para el resguardo y cuidado de los animales, decomisados principalmente a narcotraficantes, están asignados tres vaqueros y un caporal, quienes los alimentan, limpian y llevan a pastar; y se encargan del cuidado y mantenimiento de la finca donde están resguardados.
El costo mensual de su mantenimiento es de aproximadamente Q13,500, que incluye alimentación, veterinario y medicamentos, situación que complica a la Senabed.
"Ahora tenemos Q11 millones; hemos sobrevivido por los Q122 millones que se localizaron en las maletas de Antigua Guatemala, ya que por ley debían darlos el 15%, pero para el próximo año nos dijeron que nos van a dar sólo Q8 millones. Con eso no vamos a poder funcionar", lamentó el titular de la Senabed.
Incluso contó que ordenó a los vaqueros que no relacionen a las vacas con los toros, porque si una vaca está preñada se dificulta su venta en la subasta y alarga el tiempo de resguardo por parte del Estado, ya que hay que esperar el embarazo y luego el becerro no puede separarse de su mamá por la etapa de lactancia.

Para subastar a los animales, la Senabed hace un avalúo a través un asesor del Minfin, pero regularmente se establecen precios del mercado y luego hace una rebaja del 10% para hacer atractiva la compra.
Baldetti trató de proteger a su yegua
En mayo del 2018, Juan Carlos Monzón narró durante una de las audiencias del caso Cooptación del Estado, que la ex vicepresidenta adquirió una yegua preñada de raza pura, pero cuando el Juez le ordenó entregarla, Baldetti envió a comprar un "caballo milpero" de unos Q9 mil, y ordenó entregarlo a las autoridades.

“Ya no se devolvió la yegua porque nació la cría y necesitaban estar nueve meses juntos, entonces devolvimos un milpero y eso fue lo que le lleve al general”, manifestó el colaborador eficaz, quien explicó que Baldetti y Pérez Molina eran amantes de los caballos de raza española.
Lo mismo hizo con un burro, compró uno de menor valor para hacerlos pasar por los que había comprado con dinero ilícito, pero después de la narración de Monzón, el Estado recuperó los animales.
