En la mesa de la mayoría de los guatemaltecos nunca puede faltar el pan, también sirve para llevar como refacción al colegio o al trabajo.
Uno de los más populares es el pan francés, presente por lo general en el desayuno y en la cena, algunos lo utilizan como acompañante en lugar de las tortillas.
Sin embargo, sabes dónde se originó este tipo de pan.
El historiador Aníbal Chajón, de la Universidad de San Carlos comenta que este producto surgió de la unión de dos bollos, muy popular en la gastronomía francesa y que fue adquiriendo popularidad entre los guatemaltecos a finales del siglo XIX.
“El bollo como se conoce es más grande, por lo que este nuevo producto de adaptó al gusto de los guatemaltecos, además era más económico para las familias”, expresa Chajón.
El historiador añade que esta invención pudo haber surgido en el el Centro Histórico de la ciudad, donde había ciudadanos de origen francés y compartieron con los guatemaltecos el gusto por el consumo del pan.
Referencia
A través de Twitter, el usuario Óscar Fernando Reyes compartió un dato sobre uno de las versiones sobre el origen del pan “francés”.
De acuerdo con el dato que aportó a la comunidad tuitera “En 1870, justo en el Parque Central, actual Plaza Barrios, se ubicó la Panadería Francesa de Alexander Villenave, uno de los pioneros en la fabricación del pan. Debido a la nacionalidad de Villanave, las personas decían ‘vamos por el pan francés’, con el tiempo conocido tan solo como ‘el francés’”.
Al consultar con Chajón sobre esta versión, destacó que puede tomarse como otra de las referencias que dieron origen al nombre de de este tipo de pan, el cual se disfruta en todos los rincones de Guatemala.
Otras versiones
En Chile existe una versión similar al pan francés de Guatemala, que también tiene como referencia a ciudadanos de ese país europeo.
La ingeniera en alimentos y experta en pan, Cynthia Morales contó al periódico La Tribuna que en una panadería de Valparaíso, los hermanos franceses de apellido Marraquet, en un error de fabricación de un pan francés llamado “pistolet”, juntaron las unidades al hornearlo. Ante esto, los dueños decidieron venderlo igual y no desperdiciarlo.
El éxito fue rotundo durante ese día de ventas y lo que comenzó como un error de producción se convirtió en un golpe de suerte. Paradójicamente, en la región de Valparaíso no se adoptó ese nombre. Allí se llama pan batido, debido a la forma de preparar la masa, que es con mucha agua.
En la provincia del Biobío, se llama pan francés como consecuencia del error de los hermanos Marraquet, que es un derivado de dicho pan de origen galo, asemejándose también en su preparación a técnicas de ese país.
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