En septiembre, Daniela Beltranena sabrá si puede dejar la cárcel en la que ha pasado los últimos dos años. No buscará revocar la prisión preventiva por alguno de los dos motivos que establece la ley, sino por uno humanitario: la salud.
Beltranena era conocida por ser la asistente de Roxana Baldetti. Luego tomó notoriedad cuando las investigaciones empezaron a avanzar en su contra y casualmente consiguió un puesto como diputada, esto último hizo que consiguiera inmunidad.
Hoy parece no querer estar cerca de Baldetti. En una audiencia del año pasado decidió arremeter contra la exvicemandataria. "Me di cuenta que trabajé con una persona sin principios, sin valores y sin escrúpulos y fui utilizada como empleada y como un instrumento”, dijo en esa ocasión.
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En estos últimos días, según su defensa, Beltranena no lo ha pasado bien. Sus abogados dijeron este jueves que ha estado deprimida debido a una posible enfermedad.
Un médico particular determinó que era necesario practicarle más exámenes médicos debido a sus padecimientos actuales y de esa manera descartar una enfermedad más grave.
Fue por esa razón que Miguel Ángel Gálvez decidió que los médicos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) la evaluarán para determinar si es necesario practicarle más exámenes y cuál es su estado de salud.
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Las conclusiones del análisis que haga el Inacif podrá ser usado para una audiencia que se llevará a cabo en septiembre. En esa diligencia se resolverá si le son otorgadas medidas sustitutivas en vez de la prisión preventiva, situación en la que se encuentra desde junio de 2016, cuando fue capturada.
La ley establece que a una persona se le puede revocar la prisión preventiva únicamente por dos motivos: cuando se desvanece el riesgo de intervenir en las investigaciones o influir en testigos, y cuando desaparece el riesgo de que el sindicado se fugue. Sin embargo, a otros acusados se les ha retirado la medida por problemas de salud.
Los señalamientos
"Hillary" y "Salmo" eran los alias con los que se refería a ella Juan Carlos Monzón Rojas, el exsecretario privado de Baldetti, quien también salió a relucir en sus confesiones.
De acuerdo con Monzón, Beltranena junto con Jonathan Chévez, lo ayudaron mientras estaba prófugo por el caso La Línea.
Beltranena además habría administrado siete millones dólares, según las investigaciones del Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. Ella figura como sindicada en el caso Cooptación del Estado.
Otro hecho, por el que la señalan de lavado de dinero y cohecho activo, es la compra de aeronaves para Baldetti y Otto Pérez Molina, así como la adquisición de un vehículo de lujo.
