Pese a las restricciones de movilidad que ha provocado la crisis del Covid-19, el Banco de Guatemala estima que el país cerrará con cifras récord de crecimiento económico.
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El presidente del Banco de Guatemala (Banguat), Sergio Recinos, aseguró que al final de este año se prevé un crecimiento del 6% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que se establecería como una cifra récord superior a los últimos 10 años.
Recinos participó en la cuarta reunión del Gabinete de Desarrollo Económico, en donde aseguró que la recuperación económica en el mundo está pujante, luego de la crisis provocada por el Covid-19.
"Hay un dinamismo extraordinario en muchas variables que nos confirma que tendremos un crecimiento económico superior al 6 por ciento, que es nuestro rango superior de estimación y no lo habíamos tenido en unos 15 o 20 años. Nuestra economía ha demostrado la resistencia a la resiliencia económica", señaló.
La revisión se hizo en agosto. "Estamos viendo con base a los indicadores de corto plazo, muy probablemente vamos a alcanzar el 6%", dijo. Aunque reconoció que para el próximo año se prevé una reducción del crecimiento a un promedio de 4.5%.
De acuerdo con la presentación hecha por el Banguat, todas las actividades económicas están presentando una recuperación, luego de la crisis. Principalmente las relacionadas a actividades de alojamiento y de servicios de comidas, que se prevé cierren en un 13.6%, teniendo un peso del 2.5% en el PIB guatemalteco.
Aunque el Comercio y reparación de vehículo, que representa el 18.2% del PIB, tendrá un crecimiento del 5.1%, muestra una recuperación luego de los cierres provocados por la pandemia. Lo mismo ocurre con la industria manufacturera, con un crecimiento del 5.0%, esta actividad genera el 14.3% de las riquezas del país.
Recinos explicó que el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) ha presentado un alza en las perspectivas económicas, la cual pasó de tener una caída considerable en 2020 a un crecimiento de hasta el 7.6%.
El mismo optimismo se muestra en el Índice de Confianza de la Actividad Económica, que mide la percepción de los agentes económicos respecto a la evolución de la economía y el clima de negocios en los próximos seis meses. En donde los entrevistados establecieron casi un 70%.
"Aunque el crecimiento de las remesas ha tenido una leve disminución, sigue creciendo en torno a un 36%. Eliminando el efecto aritmético luego de la caída del año pasado", dijo Recinos.
El Banguat estima que el ingreso de remesas tendrá un incremento superior al 22%, comparado con el año pasado, lo que refiere unos 14 mil millones de dólares, pero en 2022 se prevé una reducción al 11%.
"Las remesas han colaborado en el consumo y por ende en el crecimiento económico", sentenció.
Factor rebote
Para el economista y ex viceministro de Finanzas, Erick Coyoy, luego de una crisis siempre se observa una recuperación generalizada en el mundo, la cual es denominada como "efecto rebote" en donde se tiende a crecer más que durante la crisis.
Coyoy consideró que en Guatemala está influyendo las remesas, que en octubre ya alcanzaron el monto de 2020 completo, por lo que se prevé un ingresos récord, que mantiene la tendencia al alza y financia el consumo que se está teniendo en el país.
Pero este incremento puede ser temporal. "Estados Unidos está inyectando una fuerte cantidad de dinero que está favoreciendo a los trabajadores guatemaltecos, pero cuando esta situación concluya, podría volverse a los niveles normales de crecimiento", dijo.
Otro factor importante que resalta Coyoy, son las exportaciones, que han logrado venderse a precios más altos y eso ha impactado en un incremento de la economía nacional.
"No es que estemos vendiendo más volumen, sino que la tendencia de los precios al alza es generalizada y está favoreciendo a los exportadores", detalló.
Además, consideró que el crecimiento del 6% no podría mantenerse, debido a que son factores externos los que están favoreciendo y, una vez, esto concluya se volverá a niveles normales, puesto que no hay nueva inversión pública ni privada.
"Al sostener el crecimiento con factores externos se crea incertidumbre, porque no será sostenible. Los precios internacionales no duran tanto tiempo, las fluctuaciones se mueven rápido al alza, pero también a la baja. Incluso, el FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial son escépticos en que este crecimiento se mantenga", lamentó.
