Ama el arte desde la infancia, cuando jugaba con los restos de madera dejados por su abuelo carpintero. El barro también fue su aliado para hacer esculturas.
Su nombre es Balam Soto y es artista de nuevos medios, disciplina donde encontró su manera de expresarse.
Tras su paso por la pintura y al finalizar su carrera de Antropología, se mudó a Connecticut, Estados Unidos, donde gracias a su curiosidad y perseverancia fusionó la tecnología (programación informática) con lo artístico.
Su nombre ya suena en las principales galerías del país norteamericano.
Una de sus piezas es la Exp.Inst.Rain y se exhibe actualmente en la BAM (Brooklyn Academy of Music). Es llamada así porque fue inspirada por los sonidos de la naturaleza: "Cuando la terminé era una noche lluviosa", dijo su creador en una entrevista a The New York Times. La obra está hecha con plexiglás, madera, sensores, pequeñas luces y otros materiales, reflejo de su amor por la música electrónica.
Exp.Inst.Rain es una especie de instrumento musical que al tocarse genera sonido, pero no como un piano. "Te garantizo que nadie tocaría las teclas si fuese uno, la gente tiene un miedo natural al creer que necesita saber de música para acercarse a los instrumentos cotidianos", explica.
"Desarrollo piezas con las que el individuo se conecta, la persona que se acerca a mi trabajo debe sentir que es invitada a tocarlo, sin que sea prohibido o se sienta obligado a hacerlo. Debe obedecer a su curiosidad al usarlo, la reacción de los espectadores es la magia del arte interactivo", afirma.
Soto visitó recientemente Guatemala, a través de la organización ZERO1, con la beca llamada American Arts Incubator, un programa de arte digital internacional que funciona desde 2014. A través de ella realizó un taller para compartir sus experiencias a jóvenes entusiastas. Su enseñanza consistió en desarrollar un controlador, armarlo y programarlo para ser aplicado en lo que se desee.
Su más reciente obra consiste en la imagen de un cubo que flota en una especie de jardín. La figura se proyecta en una tela de 3x3 metros, la persona toma una estructura física y juega con ella. Los sensores llevan información para que todo el cuarto se mueva, permitiendo que el espectador se sienta inmerso en él.
Balam vive desde hace más de 2 décadas en Estados Unidos y cuenta con 8 años de carrera artística, pero no ha sido fácil. El especialista en arte interactivo cuenta a Soy502 que su trancisión a esta nueva vida fue muy dura:
"Prácticamente tuve que reinventarme, pensarlo todo de nuevo. El mundo del arte en Estados Unidos es muy competitivo. Seguía pintando, pero no puedes imaginar cuántas puertas me cerraron, pasé años muy difíciles, especialmente porque estaba en un lugar nuevo y el idioma era un obstáculo. Llegó un momento en que me dije: 'Ya no quiero hacer esto, voy a dejar el arte'. Pero luego me di cuenta que este es el fuego que me impulsa; reflexioné y comencé a actuar, me enfoqué en hacer lo que quería, en dar a conocer mi trabajo. Esto me hizo moverme a la tecnología. Cuando cambié mi actitud, las personas comenzaron a tomar mi trabajo en serio. Muchos curadores me ayudaron, aprendí que los negocios son muy útiles en el arte y comencé a aplicarlos a mi trabajo".
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— Soy 502 (@soy_502) 23 de febrero de 2017
Balam ha expuesto en el Museo del Barrio y el Museo de Historia Natural de Nueva York, además de algunas instituciones en Pensilvania, Estados Unidos.
El arte de nuevos medios (new media art) hace referencia a las obras creadas a partir de, o incorporando, el uso de nuevas tecnologías multimedia y telemáticas. Esta corriente inició en el año 1990. La palabra "nuevo" (new) se agregó para diferenciarlo de las tendencias vinculadas a la electrónica. Tiene sus raíces conceptuales y estéticas en algunos movimientos artísticos del siglo XX.
