El pasado 14 de enero, Aldo Dávila entregó el cargo como diputado y perdió su derecho de antejuicio.
EN CONTEXTO: El futuro de Aldo Dávila tras dejar de ser diputado
Controversial y polémico son algunos de los calificativos que podrían asignárseles al paso de Aldo Dávila por el Congreso de la República, en su calidad de diputado.
Acogido por Winaq en su incursión en ese organismo, en 2020, no pudo competir para su reelección en los pasados comicios, para los cuales se alió a Voluntad, Oportunidad y Desarrollo (VOS).
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) le impidió participar, debido a las múltiples denuncias interpuestas en su contra por ministros, alcaldes y hasta el propio expresidente Alejandro Giammattei.
Tales hechos le valieron diversas solicitudes para el retiro antejuicio, un beneficio que se fue junto con su cargo, el pasado14 de enero.
Pero no es solo por eso por lo que se le recuerda tras entregar el puesto, ya que también fue protagonista de memes que se hicieron virales en las redes sociales y hasta fue atacado por su orientación sexual.
Dávila compartió con Soy502 las experiencias que lo marcaron en esa etapa y lo que podría venirse ahora que ya no tiene inmunidad; asimismo, habló sobre los proyectos que tiene en puerta y sus nuevas funciones como asesor legislativo.
¿Qué le dejó este período como diputado?
Muchísimos aprendizajes. Creo que no hay ninguna escuela, facultad o carrera que te forme como estar adentro del Congreso de la República.
Ahí conocés, entendés y vivís la política, de una manera en que no te la va enseñar nadie. Ahí está el núcleo de toda la política a nivel nacional e internacional, si lo queremos ver en algunos puntos de vista.
Me siento contento y orgulloso del trabajo que realicé en esos cuatro años. Fui contratado por 22,825 ciudadanos, que en junio de 2019 me eligieron para que los representara en el Congreso, y llegué a servir a los 22 departamentos, con mis labores de fiscalización y mediación.
¿Considera que alcanzó todos los objetivos que se planteó?
En todas las entrevistas que tuve antes de asumir dije voy a llegar a ser incómodo, y lo logré.
Al grado de tener 75 denuncias espurias, políticas e ilegítimas, de viceministros, ministros, directores, diputados, secretarios y tres del mismo Alejandro Giammattei, que, maldita sea la hora, llegó a la presidencia de este país.
Tomando en cuenta esos aspectos, ¿hay algo que cambiaría de sus actuaciones?
Nada, no cambiaría absolutamente nada. No me arrepiento de nada. He tomado decisiones, no las mejores, en algunas ocasiones; he tenido actitudes, no las mejores...
De actitudes me puedo arrepentir, pero decisiones, de ninguna.
¿A qué actitudes se refiere?
Yo soy gritón, de naturaleza, modular la voz me cuesta. Entonces, me podía ver enojado algunas veces, cuando no lo estaba, porque mi tono de voz es así.
Esas actitudes, este año y el anterior, me llevaron a tener que estar presente más en los tribunales que en el Congreso. Eso sí me molestó mucho, porque dejaba de fiscalizar o de legislar por estar quitándome los trancazos.
Tenía que estar asistiendo a audiencias a las que no se presentaban personas, pues mandaban documentos diciendo que estaban enfermas o por cualquier tontería. Entonces, esas actitudes me llevaron a estar más en juzgados que en el pleno.
De todos los altercados que tuvo, ¿cuál es el que considera que más le afectó o tuvo más repercusiones?
Altercados como tal, me atrevería a decir que ninguno. Además, todo lo documenté.
A pesar de que hay denuncias por ahí, en la Fiscalía de la Mujer, con las cuales me quieren afectar, todo está grabado y está ahí para que los jueces determinen.
Algunos funcionarios lo acusaron de faltas de respeto, por algunos comentarios que usted hizo, ¿se arrepiente de eso?
No. Le dije a cada quien lo que creí que se merecía que le dijera. Están ostentando un cargo público y tienen que entender que están expuestos a las críticas constructivas y otras por la labor que estén realizando.
Desde que uno asume un cargo público, está en el escarnio. Solo que yo no soy tan nahuilón; soy hueco, pero no soy nahuilón, que no es lo mismo.
El anterior ministro de Salud me denunció porque le dije mentiroso; él a mí me dijo inepto, y yo no le puse denuncia. Vuelvo y repito, soy hueco, no nahuilón.
En el hemiciclo parlamentario, sus actuaciones también dieron de qué hablar, ¿cómo lo califica?
Me siento orgulloso de haber logrado algo que no se había hecho antes y fue transmitir en directo lo que estaba ocurriendo en una sesión plenaria, desde adentro, y que se haya conectado un cuarto de millón de personas.
Estaban viendo, por primera vez en la historia de este país, qué estaba ocurriendo en el pleno. Eran 250 mil personas conectadas, a las 11:00 de la noche, viendo qué decisión tomaban sus representantes. Para mí, eso no tiene precio, y fue desde ahí que se agudizó la persecución en mi contra.
Creo que es importante que más diputados lleven las redes sociales adentro del pleno, para que se evidencie cuál es la labor. Es vital que la gente sepa cómo se toman las decisiones que afectan su vida.
¿Considera ese hecho como su legado?
Eso para mí es importante; yo no sé si llamarle un legado, pero sí es importante que se sistematice lo que ocurre dentro del Congreso y que la gente conozca.
Algo que no he dicho es que estuve a punto de no asumir como diputado, porque sentí que estaba traicionando mi esencia, al dejar de ser defensor de derechos humanos e irme al Congreso, pero entendí que debía hacer algo que no hubieran hecho los demás.
Tenía que dejar huella, tenía que dejar marcada mi presencia, que hubiera un antes y un después de Aldo Dávila, en el Congreso.
Partiendo de ello, ¿cree que hará falta su presencia en el Congreso?
No sé si decir que haré falta, pero sí quisiera pensar que habrá otros diputados que tomarán la batuta y transmitirán las decisiones más importantes que se tomen adentro del Congreso de la República. Todos somos útiles, dicen, nadie es indispensable.
Yo seguiré transmitiendo mediaciones y fiscalizaciones, si no me voy preso, porque también sé que al no tener inmunidad pueden ir como fieras sobre mí.
¿Está preparado para ello, cómo ve el panorama?
Inicio diciendo que todas las denuncias son espurias, políticas e ilegítimas: todas, no hay una que yo, como hombre, con los asuntos puestos en su lugar (mientras hace una señal con su mano derecha), diga aquí la cagué.
Imagínese, jamás en la historia de este país había ocurrido que un presidente denunciara a un diputado, pasó con Alejandro Giammattei.
El hermano de los diputados Reyes Lee, que es magistrado, dio trámite y dijo que estaba bien que se diera seguimiento al proceso, a pesar de que hay un claro conflicto de interés, pero yo espero que la justicia actúe como tiene que actuar.
Muchísimas (denuncias) se han caído, pero siguen habiendo, incluso, hay una que tiene fecha de 2024, con eso lo digo todo. Esa va a llegar porque el MP (Ministerio Público) traspapeló ese expediente, quisiera pensar que fue sin querer.
¿Qué pasaría si se giraran órdenes de captura en su contra ahora que no es diputado?
Soy creyente y estoy donde estoy porque Dios ahí ha decidido ponerme; soy un instrumento de él, y el obrará. Estaré, donde tenga que estar y no tengo miedo. Es más, me da miedo no tener miedo.
Se sueles criticar cuando los diputados no logran la reelección y buscan continuar en el Congreso en otros puestos, ¿cree que eso lo alcanzará ahora que es asesor?
Sé que el Congreso es el que está peor calificado por la ciudadanía, pero ¿quién pone a los diputados? Los ciudadanos ponen a los diputados.
En el caso del Presidente, se le cuestiona si pone ministros, si pone directores, si pone secretarios... al diputado lo pone la gente; entonces, ahí se tendría que automalcalificar el ciudadano, por haber votado con las patas.
Yo sí considero que hay que limpiar la imagen del Congreso de la República y, pues, sí está mal visto, por la mala fama que tiene, pero yo creo que deberían evaluarnos individualmente.
No vemos que la ciudadanía sea consciente de eso a la hora de votar, si no veamos cómo votaron y quiénes permanecen en el puesto, a pesar de que se evidenció cómo trabajaron.
Pero, volviendo al tema de la continuidad en otro cargo, en su caso, como asesor de la bancada VOS, ¿Cree que será mal visto?
Creo que deberían haber dos períodos en el Legislativo, yo creo que dejé temas pendientes.
Créame, yo había pensado decir gracias y no quedarme. Decir, bueno, no se pudo, no se pudo, pero muchísima gente me dijo "Aldo no te vayás, quedate trabajando con la bancada; queremos que haya una continuidad de temas que quedaron pendientes", y por eso me quedo.
Yo ya había decidido no quedarme, tenía ofertas laborales interesantes, pero me quedo porque la gente me lo pidió.
¿Descarta que esto sea por el beneficio económico que le pudiera representar?
Pues, no como aire, no como papel... Pago impuestos, pago teléfono, pago renta, pago medicinas mías y de mi madre, y pues, no va a ser gratis la asesoría en el Congreso. Voy a tener un salario, como lo tendría a donde me hubiera ido.
Por transparencia, ¿pensaría en dar a conocer lo que va a percibir en este puesto?
Claro que sí, lo haré.
¿Qué es lo que puede esperar la ciudadanía de Aldo Dávila, ahora como asesor?
Seguiré transmitiendo las fiscalizaciones y mediaciones que hagan los diputados. Quiero seguir siendo un canal entre la ciudadanía y los diputados, ahora de la bancada VOS.
¿Buscaría en estos años, como asesor, establecer una plataforma que lo lleve a postularse nuevamente como diputado, en las siguientes elecciones?
No me gusta pensar mucho en el mañana, en las cuestiones laborales, porque todo puede cambiar de un día a otro, pero yo sí creo que hay que darle continuidad al trabajo. También creo que se deben trasladar las experiencias vividas a gente más joven y no enquistarse.
No tengo todavía un plan a largo plazo, sobre una postulación a un cargo de elección popular.
¿Tiene nuevos proyectos en puerta, además de su trabajo en el Legislativo?
Sí, le daré un giro a mis redes sociales. Las aprovecharé para dar a conocer a emprendedores, para que esa señora que hace uñas, que hace crepas, o el señor que hace rellenitos o bisutería den a conocer sus servicios a través de mis redes sociales.
Dejé el Casquiemos, que era más político, y el Qué está pasando en Guate se reformulará. Tendré un nuevo programa y trataré de fomentar también el turismo.
¿Buscará monetizar con esos formatos?
Sí, se va a monetizar.