Esta historia parece sacada de un libreto de cine, incluso puede compararse con la película “La razón de estar contigo”, en la que un perro pasa varias etapas en la vida hasta encontrarse con su primer dueño.
Algo así vivió Nicole Grimes, una chica de Pensilvania. Cuando tenía 10 años, su abuela le regaló un perro al que llamó Chloe Bear y se hicieron los mejores amigos por mucho tiempo.
Sin embargo, cuatro años después de haberse conocido, el padre de la chica le dijo que ya no podía vivir más en su casa pues iba a trasladar su oficina a la casa y necesitaba más espacio. El perrito fue enviado a un refugio de animales y Nicole quedó desconsolada.
Pasaron los años y ella nunca pudo olvidarse de su mascota, lloraba en ocasiones al recordar a Chole Bear.
Sin embargo, casi como un milagro, ambos se volvieron a reunir. Nicole leyó en Facebook que un chico buscaba un hogar para un perro mayor. La ahora esposa y madre se interesó en el ofrecimiento y empezó a averiguar más sobre la mascota necesitada.
El perro se llamaba Chloe de 11 años, la misma edad que la mascota de la infancia de Nicole. Cuando se encontraron, el can no paró de lamerla con mucha emoción y eso despertó la curiosidad de la dama.
Un par de días después ella y su esposo llevaron al perro a un veterinario y por medio de un microchip determinaron que sí era la mascota de la infancia de Nicole.
La mascota se encuentra en un proceso de adaptación a su nuevo hogar, con su antigua dueña. “Está más pequeña y no tiene dientes, pero aún le gusta correr por todos lados”, contó Nicole en una transmisión de Facebook Live.
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*Tomado de La Nación
