La capacidad instalada del Hospital General de Enfermedades del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), ubicado en la zona 9 capitalina, está desbordada. Las autoridades reconocen que tienen un déficit de 25 a 30% en camas, lo cual es su principal carencia.
El Hospital opera en un edificio que originalmente era un hotel. Funciona en condiciones difíciles, que afectan la calidad del servicio ofrecido a los afiliados, quienes a menudo han pagado por la seguridad social durante largos años. Las deficiencias en la atención pueden tener consecuencias graves: desde el retraso en tratamiento y operaciones, el contagio de infecciones nosocomiales, hasta la muerte, como ocurrió recientemente en el caso de la joven Melanie López.
Las carencias listadas a continuación fueron obtenidas de la denuncia de pacientes y médicos. Los médicos tratantes han solicitado guardar su identidad por temor a represalias laborales. Soy502 realizó tres visitas al hospital para comprobar la veracidad de estas carencias.
1.Camas
El número de camas es donde se forma el embudo del hospital. Existe una presa de más de 100 pacientes esperando ser intervenidos quirúrgicamente porque no hay camas para atenderlos. La falta de camas dificulta la atención también para quienes ingresan a la emergencia, quienes pueden pasar varios días esperando que alguna se desocupe. Las autoridades del IGSS admiten que este problema existe y proponen como solución un convenio con el Hospital Militar.

2. Quirófanos
De los 9 quirófanos del Hospital, 2 no se pueden utilizar por falta de lámparas. El subgerente de prestaciones en salud del IGSS, doctor Byron Humberto Arana, acepta que existe este problema y dice que las lámparas están ya en proceso de compra.
3. Ventiladores
No hay suficientes y a menudo es necesario ventilar a los pacientes a mano. Los médicos denuncian que es común que los materiales descartables de terapia respiratoria que deberían usarse una sola vez por recomendación del fabricante, se lavan y se esterilizan y se usan de nuevo, lo cual incrementa el riesgo de contagio de infecciones. El doctor Arana asegura que hay materiales descartables y reutilizables y que sólo éstos últimos se vuelve a usar, previa esterilización.
4. Monitores en mal estado
La mayoría de monitores de signos vitales requieren de reparación. En la sala de cuidados intermedios, sólo uno funciona a cabalidad. El doctor Arana acepta que hay problemas pero dice que existe un proceso de mantenimiento que sí se utiliza. Si hay retrasos, afirma el funcionario, es por causa de los proveedores pues a veces hay piezas que no se encuentran en el mercado.
5. Dificultades para diagnosticar
El hospital carece de tecnología básica para hacer diagnósticos y de suficiente personal para analizar las biopsias. Esto obliga a trasladar a los pacientes a centros de diagnóstico en ambulancia, lo cual es costoso en transporte y personal que debe acompañar a los pacientes. En el caso de las biopsias, los diagnósticos se atrasan, lo cual puede ser crítico para algunos pacientes que requieren de tratamiento urgente.

6. Pabellones mixtos
Debido al déficit de camas, hay pabellones de enfermos donde se mezclan hombres y mujeres, quienes deben recibir atención hospitalaria --como baños de esponja y otros servicios de limpieza-- a la vista de los demás. Que haya hombres y mujeres juntos puede dar origen a problemas de abuso, además de perturbar la dignidad de las personas. El doctor Arana acepta que el problema existe en un pabellón pero argumenta que es resultado del déficit de sobrepoblación hospitalaria que requiere encamamiento.

7. Falta de insumos
Existe una continua carestía de suministros como jabón, suturas, guantes, medicamentos como antibióticos o analgésicos, así como de alimentación intravenosa. El doctor Arana niega que estos extremos ocurran, dice que se verifica que exista abastecimiento y que se pueden hacer préstamos interinstitucionales. Si acaso se falla con algunos medicamentos, justifica, es por causa de los proveedores.
8. Condiciones insalubres
Hay denuncias de filtraciones en los quirófanos, agua contaminada, plagas de insectos y roedores. El doctor Arana acepta que algunos de estos problemas como las goteras y plagas existieron hace seis meses, pero afirma que fueron solventados.
9. Infecciones nosocomiales
No hay un epidemiólogo de planta, no se conoce la tasa de infecciones nosocomiales ni se les ha identificado con precisión. Los médicos temen el contagio constante de pacientes y que éstos puedan incluso morir por una infección contraída no por el mal que los llevó al Hospital. El doctor Arana niega categóricamente esta situación, dice que existen infectólogos contratados y que las infecciones son escasas y están bajo control.
10. Malas condiciones laborales
La mayor parte del personal médico y de enfermería está ahora contratado por servicios profesionales, no por planilla. Paradójicamente, ni siquiera son afiliados al IGSS. Las autoridades aceptan que el problema existe y dicen que están trabajando para solventarlo y que por ello acaban de firmar un pacto colectivo con uno de los sindicatos.
Para el subgerente de prestaciones en salud, doctor Byron Humberto Arana, el Hospital General del IGSS brinda un servicio "adecuado". Según su criterio el problema del establecimiento es que no tiene un buen servicio de "hotelería", es decir habitaciones privadas y espacios acogedores.