Anna Levine fue una mujer luchadora que batalló con el cáncer durante varios años de su vida, pero no logró vencer al Covid-19, enfermedad que le quitó la vida.
Le tomó 14 años obtener su Licenciatura en Derecho, por lidiar con sus problemas de salud y con un duro proceso de divorcio.
Su historia
Se hizo abogada a los 62 años y siempre llevaba su Constitución de bolsillo, se la sabía de principio a fin. Siempre estaba lista para citar ciertas partes si veía alguna injusticia, racismo o discriminación.
Anna Levine murió a los 91 años de coronavirus, contó su hija en una entrevista a CNN.
Desde temprana edad fue apasionada por los derechos civiles y el activismo. Viajó a Washington, DC, en 1963 y caminó con el Dr. Martin Luther King Jr. durante la Marcha en Washington.
La hija de Anna Levine, Robin Levine, dijo que marchar y escuchar el discurso de King “I Have A Dream” (Tengo un Sueño) fue el pináculo de la vida de su madre y un recuerdo que compartiría con familiares y amigos.
“Ella quería que nos diéramos cuenta de que nadie es mejor que nadie”, contó Robin Levine a CNN. “Se subió a un autobús con 200 extraños, fue lo que dijo, y viajó a Washington, DC. Dijo que era algo muy importante para ella”.
Trabajó para obtener una maestría en planificación urbana y, finalmente, una Licenciatura en Derecho de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. La pasión de Levine por la ley fue heredada por su nieto Eric, quien ahora trabaja como abogado.
Antes trabajó como contadora en una joyería hasta que se graduó de la Facultad de Derecho y se integró al programa de mediación de la corte familiar del estado de Nueva York. La antigua residente de Little Neck continuó haciendo ese trabajo durante más de 20 años.
Cuando cumplió 80 años, el Comité de Debates Presidenciales invitó a Levine y a su hija al debate presidencial entre el senador John McCain y el entonces senador Barack Obama, en la Universidad Hofstra. Levine asistió como invitada del presidente de Hofstra. Cuando se confirmó a Obama, Levine se echó a llorar de alegría, según relató su hija.
A medida que envejecía, la política y los derechos civiles continuaron siendo su prioridad. Viajó a DC en 2013 para protestar por los pasos de la Corte Suprema en apoyo de la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Robin Levine explicó que el hogar de ancianos le dijo que su madre se enfermó el 14 de abril. La noche siguiente, una enfermera la llamó para decirle que su madre había dado positivo a coronavirus.
Finalmente, Anna Levine murió sola al día siguiente, el 22 de abril.
“Lo más difícil para mí, como hija, fue no poder consolar a mi madre, tomar su mano, decir adiós y habernos visto”, dijo Robin a CNN.
A Anna le sobreviven sus dos hijas y tres nietos. Está enterrada en el cementerio de Montefiore junto a su propia abuela, quien murió a los 32 años durante la pandemia de gripe de 1918.
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