El frío ya ha llegado a Guatemala y para mantener calientes las manos y los pies estos tres trucos te ayudarán.
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Al hablar de cómo conservar el calor, es importante prestar especial atención a los pies y las manos. Como seres endotérmicos, nuestro cuerpo necesita mantenerse alrededor de 37 grados. Los mecanismos de regulación térmica se enfocan en proteger los órganos más vitales, incluso a expensas de otras partes del cuerpo.
Las manos y los pies son la primera línea de defensa. No solo reciben menos sangre, sino que, al tener poca grasa corporal, son más susceptibles a la pérdida de calor. Por eso, no es sorprendente que sean las áreas donde más frío sentimos.
Aquí tienes tres grandes trucos para mantenerte caliente. Dos de ellos están relacionados con la ropa:
1. Vestirse en capas: Usar varias capas finas es más efectivo que una sola gruesa, ya que facilita una transición térmica más estable. Es especialmente útil rematar con un cortavientos.
2. Cubrirse la cabeza: Aunque se pierde calor por ahí, lo más importante es que muchos de los indicadores fisiológicos del frío están relacionados con la cabeza. Mantenerla caliente ayuda a activar mecanismos que nos permiten regular la temperatura, como el temblor.
3. Mantenernos activos: La actividad física eleva la temperatura de nuestro cuerpo y, siempre que no generemos un calor excesivo que active la sudoración o la vasodilatación, es una excelente estrategia.
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Las manos
El primer consejo para mantener el calor en las manos es usar guantes o mitones, si necesitamos usar las yemas de los dedos. El material, ya sea lana, cuero o algún sintético aislante, es menos relevante que el hecho de que se mantengan secos. Si los guantes se mojan, el líquido comprometerá el aislamiento, lo que nos hará sentir más frío en condiciones bajas.
Los pies
Evita ir descalzo incluso en casa. Es recomendable usar calzado o, al menos, calcetines. De hecho, a pesar de la mala reputación que tiene dormir con calcetines, es una excelente opción si tus pies tienden a enfriarse por la noche.
Recuerda moverlos mucho. El cuerpo tiene una clara tendencia a limitar el flujo sanguíneo hacia las manos y los pies. Sin embargo, no actúa de manera perjudicial para sí mismo, al moverlos el sistema mandará más sangre a las extremidades.
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*Con información de Xataka
