En diversas partes del mundo comienzan a surgir cafeterías donde los clientes pueden tomar algo y aliviar el estrés en compañía de unos simpáticos y ronroneantes felinos, que en algunos casos incluso es posible adoptar. Llega la moda de los “cat-café”.
En uno de los distritos más elegantes de la capital francesa ha comenzado a funcionar el "Café de los Gatos", donde los comensales pueden disfrutar de una gran repostería en compañía de una docena de gatos residentes en el lugar, que zigzaguean entre las concurridas mesas o se acurrucan en los mullidos sillones.
El establecimiento, ideal para los parisinos que no pueden tener mascotas en los céntricos y pequeños apartamentos de la urbe, cuenta con una colonia de gatos que han sido abandonados o acogidos en centros de rescate de mascotas.
La gerente del café, Margaux Gandelon, confía en los potenciales beneficios para la salud del ronroneo que, según ella, produce vibraciones que ayudan a aliviar la artritis y el reumatismo y a reducir la presión arterial y los latidos cardiacos.
Para Gandelon "lo prioritario en este café es el bienestar de los animales", a tal punto que los clientes "tienen prohibido someter a los gatos a una tensión excesiva y aquellos que no respeten las normas, incluso pueden ser invitados a irse, aunque con los animales hay más indulgencia porque `los gatos son gatos´", comenta la francesa.
Todo aquel que visite "La Gatoteca" puede disfrutar de un café o leer un libro, y también conectar sus dispositivos móviles a Internet a través de la red inalámbrica del local, en compañía de una colonia de gatos sociables y en perfecto estado de salud, que esperan que alguno de los visitantes que se acercan a conocerles les proporcionen el hogar que anhelan.