Los médicos están lidiando con nuevos problemas derivados del Covid-19 en los afectados, a parte de las afecciones respiratorias.
Además de daño pulmonar, muchos pacientes están desarrollando problemas de corazón y mueren a causa de un paro cardíaco.
En base a alarmantes datos, más cardiólogos comienzan a creer que el coronavirus puede infectar el músculo cardíaco.
Según un estudio inicial, se encontró daño cardíaco en 1 de cada 5 pacientes, produciendo insuficiencia cardíaca y muerte, incluso entre aquellos quienes no muestran signos de dificultad respiratoria.
Esto genera la necesidad de tomar nuevas precauciones en personas con problemas cardíacos preexistentes, nuevas demandas de equipo y, en última instancia, nuevos planes de tratamiento para los corazones dañados de los sobrevivientes.
“Es extremadamente importante responder a la pregunta: ¿El virus afecta a tu corazón? y ¿Podemos hacer algo al respecto?”, dijo el doctor Ulrich Jorde, jefe de insuficiencia cardíaca, trasplante cardíaco y soporte circulatorio mecánico para el Sistema de Salud Montefiore, de Nueva York. “Esto, al final puede salvar muchas vidas”.
En marzo, médicos chinos publicaron dos estudios con la primera visión sobre la prevalencia de problemas cardíacos entre personas con COVID-19. El más grande examinó a 416 pacientes internados.
Los investigadores encontraron que el 19% mostró signos de daño cardíaco. Estos pacientes tenían muchas más probabilidades de morir: el 51% de las personas con daño cardíaco murieron, frente al 4.5% que no lo tuvieron.
Los pacientes que padecían una enfermedad cardíaca antes de contraer el coronavirus, tuvieron muchas más probabilidades de mostrar daño cardíaco después. Pero algunos pacientes sin enfermedad cardíaca previa también presentaron señales de este daño.
De hecho, los pacientes sin afecciones cardíacas preexistentes que sufrieron daño cardíaco durante su infección, tuvieron más probabilidades de morir que los pacientes con enfermedad cardíaca previa, pero sin daño cardíaco inducido por COVID-19.
No está claro por qué algunos pacientes experimentan más efectos cardíacos que otros. Bonow dijo que podría deberse a una predisposición genética o a que están expuestos a mayores cargas virales.
Esas incertidumbres subrayan la necesidad de vigilar más de cerca los marcadores cardíacos en pacientes con COVID-19, dijo Jorde.
Si los médicos en Nueva York, el estado de Washington y otros puntos críticos, comienzan a descubrir cómo el virus está afectando al corazón, ayudaría mucho a que médicos puedan controlarlo en otras partes del país.
“Suponemos que tal vez, el virus afecta al corazón directamente”, dijo Jorde. “Pero es esencial confirmarlo”.
Sin embargo, reunir datos en medio de la crisis puede ser difícil. Idealmente, los médicos tomarían biopsias del corazón para determinar si el músculo cardíaco está infectado con el virus.
Pero los pacientes con COVID-19 generalmente están tan enfermos que les resulta difícil someterse a procedimientos invasivos. Y más pruebas podrían exponer a trabajadores de salud a mayores riesgos de infección.
Un esfuerzo extra
Muchos hospitales no usan electrocardiogramas en pacientes en aislamiento, para evitar personal adicional en la habitación y tener que usar máscaras u otro equipo de protección, que es escaso.
Aun así, el doctor Sahil Parikh, cardiólogo intervencionista del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en Nueva York, dijo que los hospitales están haciendo un esfuerzo para ordenar las pruebas necesarias, e ingresar los hallazgos en los registros médicos, para que se pueda entender lo que está sucediendo con el corazón.
Durante años, los hospitales llevaron a los pacientes sospechosos de ataque cardíaco directamente al laboratorio para un cateterismo, sin pasar por la sala de emergencias, en un esfuerzo por acortar el tiempo desde que el paciente ingresaba hasta que los médicos despejaban el bloqueo con un globo.
“Ahora estamos dando un paso atrás y pensando en llevar a los pacientes al departamento de emergencias para que puedan ser evaluados brevemente y podamos determinar: ¿Esta persona está en alto riesgo de COVID-19?”, dijo Parikh. “¿Y esto es realmente un ataque cardíaco?”
Los nuevos protocolos ahora incluyen a un cardiólogo y un electrocardiograma o un ultrasonido, para confirmar un bloqueo.
Determinar cómo afecta el virus al corazón debería ayudar a los médicos a decidir qué terapias seguir para salvar vidas.
Tratamiento efectivo
Jorde dijo que después que los pacientes con COVID-19 se recuperen, podrían tener efectos a largo plazo por este daño cardíaco. Pero existen tratamientos para diversas formas de daño cardíaco que deberían ser efectivos una vez que la infección viral haya desaparecido.
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