Pablo Escobar es uno de esos personajes del cual se desea conocer información oculta de su vida. Los historiadores se fascinan por contar al mundo sus descubrimientos sobre la vida del fallecido narcotraficante.
Uno de esos nuevos datos giran en torno al fútbol y la influencia que tuvo “El Patrón” sobre un grupo de árbitros argentinos.
- POR SI NO LO VISTE:
En 1989 llegó una terna arbitral procedente de Argentina para pitar la semifinal entre el Atlético Nacional de Medellín y el Danubio de Montevideo. El encuentro de ida terminó en empate a cero y la gente soñaba con ver a su equipo en la final de la Copa Libertadores.
Octavio Sierra Mesa, réferi colombiano, llegó por los colegiados al aeropuerto para llevarlos al hotel. En el camino hacia donde descansarían, él trató de persuadir a los argentinos de lo mal que lo pasaban sus colegas si el equipo local perdía.
Debido a la hostilidad y por precaución, los silbantes se quedaron en el hotel a cenar e irse a la cama después de la comida. Cerca de la medianoche, un grupo de hombres armados entraron por la fuerza a las habitaciones. Llevaban consigo un portafolio con 50 mil dólares destinados para cada uno de los jueces a cambio de la victoria del Atlético Nacional.
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Uno de los árbitros les dijo que no era necesario eso, que harían su trabajo y que todo saldría bien. También les pidió que se llevaran el dinero.
Al día siguiente, los referís tuvieron que caminar un kilómetro en medio de los aficionados locales hasta el estadio. En su camerino encontraron un enorme arreglo floral, un crucifijo y tres velas, lo cual los intimidaba más.
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Al finalizar el primer tiempo, los locales ganaban 3 a 0. El juego terminó 6 a 0. Aunque no existe una confirmación sobre el hecho, se considera que Pablo Escobar influyó para que el Atlético Medellín obtuviera la victoria, pese a que él nunca se manifestó seguidor del mismo.
También se cree que los jugadores de Danubio sufrieron algún tipo de incidente que pudo promover la abultada derrota.
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La situación se volvió a vivir en el partido de vuelta de la final. Olimpia de Paraguay llevaba una ventaja de dos goles. El Nacional necesitaba dos anotaciones para empatar la serie y tres para ganar el torneo.
La primera terna había denunciado los hechos, por lo que hubo un acuerdo para que el juego se disputara en Bogotá por cuestiones de capacidad.
A pesar del cambio de sede, la nueva terna también fue intimidada previo al encuentro. Este terminó 2 a 0 a favor de los locales, por lo que había que ir a la tanda de penale. Ahí los colombianos triunfaron 5 a 4 en muerte súbita.
Aunque los referís respiraban más tranquilos, el juez central fue interceptado cuando se dirigía a una televisora para llevarse una copia del juego. Con la ayuda de una persona pudo escabullirse y llegar al hotel donde se habían quedado.
Sus compañeros lo recibieron, lo metieron a la tina debido a que iba muy agitado y un médico le puso sedantes. Cuando se calmó, contó que varios hombres lo interceptaron con ametralladoras y le dijeron que no había cumplido lo pactado.
La historia nunca ha sido desmentida por los involucrados en estos hechos que ensombrecen al fútbol sudamericano.
*Con información de Infobae
