El 9 de julio de 2011, Guatemala despertó con una noticia impactante: el cantautor argentino Facundo Cabral, quien fue nombrado "Mensajero mundial de la paz" en 2006 y nominado al Nobel en 2008, había sido asesinado en el bulevar Liberación. Cinco años después, el Tribunal A de Mayor Riesgo emitirá una sentencia en contra de los responsables.
Cabral realizó sus últimas dos presentaciones en el país, una de ellas en Quetzaltenango, donde inició con un monólogo en el que daba la impresión que sabía que sería la última vez que cantaba. Habló de sus 51 años "maravillosos" de carrera y de recorrer el mundo haciendo lo que amaba.
Tras una exitosa presentación en la ciudad altense, Cabral y su equipo regresaron a la capital guatemalteca. El 8 de julio, un día antes del atentado, el representante de Cabral Percy Llanos, sostuvo una reunión con el empresario que había gestionado su viaje al país, Henry Fariñas, para hablar de "futuros negocios".
Fariñas se ofreció a llevar al cantautor y a su equipo al aeropuerto La Aurora, por lo que ese 8 de julio, el empresario durmió en el mismo hotel donde se hospedaba el artista.
Sin embargo, el empresario nicaragüense era perseguido 48 horas antes por un grupo de sicarios, encabezados por Elgin Vargas, por orden de Alejandro Jiménez, alias "El Palidejo", cuyo motivo asegún el propio Fariñas, fue un desacuerdo en la negociación del club Élite, pero el colaborador eficaz, Josué Cerón, aseguró que correspondía a una deuda de drogas.
Las cámaras del hotel muestran el momento en el que Cabral aborda una camioneta blanca, conducida por Fariñas; en tanto que, los guardaespaldas del empresario y el ingeniero de sonido los escoltan en un vehículo tipo agrícola de color beige.
Posteriormente, el hotel es abandonado por un automóvil azul y uno gris, en los que viajaban Vargas, Allan Stokes, Adelino García, Juan Hernández y Cerón.
Las cámaras del bulevar Liberación captaron a tres de los automóviles involucrados que se desplazaban a poca distancia, con excepción del que era conducido por Cerón que dejó un trecho más grande.
Finalmente, en las cámaras de la estación de los Bomberos Municipales situada en el bulevar referido, se aprecia cuando unos peatones corren al escuchar los disparos y unos segundos después, se observa a la camioneta blanca que era conducida por Fariñas estrellarse en la sede del cuerpo de socorro.
Los guardaespaldas persiguieron a los atacantes, pero tras varios minutos de cruzar fuego, decidieron desistir y regresar a verificar el estado de los tripulantes de la camioneta blanca. Los sicarios abandonaron el vehículo utilizado en la antigua carretera a Muxbal y posteriormente, se movilizaron a la vivienda de Vargas.
Mientras los atacantes se bañaban y cambiaban de vestuario, decidieron escuchar las noticias para confirmar el éxito de su plan; sin embargo, se encontraron con una noticia que los dejó en silencio, el mundo de la música estaba de luto, Cabral acababa de morir, mientras que el blanco del ataque, Fariñas, estaba grave en un hospital.
Vargas, Stokes, García, Hernández y Jiménez enfrentan juicio ante el Tribunal de Mayor Riesgo "A", el cual deberá decidir si serán condenados por los delitos de asesinato, asesinato en grado de tentativa y asociación ilícita por efectuar el ataque que apagó la voz de Cabral.