El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, enfrenta esta semana las protestas más fuertes en sus 11 años de gobierno, que ya reportan tres muertos y decenas de heridos hasta este viernes, desatadas por un paquete de reformas al seguro social que la población teme afectará su economía.
Las manifestaciones continuaron por tercer día consecutivo con marchas y barricadas en la capital y en ciudades aledañas, como Ticuantepe, donde fuerzas antimotines reprimieron una protesta.
"Estamos en contra de estas reformas, que entienda este gobierno que está tocando el bolsillo de los nicaragüenses y jugando con el hambre de la gente", exclamó indignado Juan Bautista, quien acusó a los efectivos antimotines de atacarlos brutalmente porque "al dictador no le gusta que la gente se manifieste".
El gremio empresarial anunció su apoyo a las protestas y llamó a participar el lunes en una marcha en Managua vestidos de blanco.
"Estamos invitando a nuestras empresas, a los empresarios, a nuestros trabajadores a que marchemos" el lunes por la tarde, exhortó el presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Aguerri, en rueda de prensa.
Aguerri, líder del principal gremio empresarial del país, urgió al gobierno a evitar que se siga "derramado sangre" y a buscar el diálogo.
"La lucha es de todos"
Estudiantes se enfrentaron este viernes con la policía y levantaron barricadas de adoquines y latas en las cercanías de la Universidad de Ingeniería.
Partidarios del gobierno agredieron a manifestantes en las cercanías de la Catedral de Managua, donde voluntarios recolectaban víveres para los estudiantes en protesta y atendían heridos.
Otro grupo intentó prender fuego a uno de los llamados "árboles de la vida", gigantescos árboles metálicos e iluminados que simbolizan el gobierno.
En otro punto, la policía lanzó gases lacrimógenos a jóvenes recluidos desde el jueves en la Universidad Politécnica (Upoli).
En Las Colinas, al sur de la capital, manifestantes levantaron pequeñas barricadas y con las manos en alto pidieron a los antimotines que no los reprimieran.
"El pueblo está unido", "la lucha es de todos", corearon cientos de trabajadores de empresas privadas durante un plantón en Managua.
Las protestas se extendieron a lo largo del día a otros puntos del país, como en Chichigalpa (occidente), Matagalpa (norte), Masaya y Carazo (sur).
Cuatro medios televisivos independientes fueron bloqueados el jueves cuando transmitían las manifestaciones y este viernes uno de ellos continuaban fuera del aire.
Según el Comité para la Protección de Periodistas, basado en Nueva York, al menos nueve periodistas resultaron heridos en las protestas.
"Llamamos a las autoridades de Nicaragua a parar de atacar a la prensa independiente y permitir a los periodistas cubrir las protestas sin amenazas ni acoso", dijo Carlos Martínez de la Sierra, director de programa del comité.
"Parecen vampiros"
La ola de protestas iniciada el miércoles dejó al menos tres muertos -dos jóvenes manifestantes y un policía-, informó la vicepresidenta y portavoz oficial, la primera dama Rosario Murillo, que comparó a los manifestantes con "vampiros reclamando sangre para nutrir su agenda política".
El gobierno suspendió las clases. La policía reportaba hasta este viernes dos civiles y 27 policías heridos, pero la oposición cuenta más de 45 lesionados en los disturbios.
"El gobierno debe evaluar si esta reforma al seguro social la está haciendo bien o mal", instó el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes.
Por su parte, la Organización de Estados Americanos pidió que se respete "el legítimo derecho a la protesta pacífica" y la libertad de expresión en Nicaragua.