En los últimos días, y sacándole algún tipo de provecho al tránsito incesante de la Ciudad de Guatemala, me he dado a la tarea de pasar revista a la manera en cómo nos reflejamos en gran cantidad de vallas y anuncios.
He llegado a la conclusión de que aquí hablamos inglés. El fenómeno de decirlo todo en ese idioma no es nuevo. Para nada. Recuerdo aún cuando el término “SALE” empezó a incursionar en algunas tiendas en la década de los 70, en letras blancas con fondo rojo, y me parecía de lo más lógico porque, según yo, lo que se pretendía era que los productos "se marcharan" de los establecimientos. Sale, de salir.
Después me enteré de que, en realidad, el mensaje enviado era que había rebaja. Y que ello, a su vez, era sinónimo de alegría con fondo rojo escrito en letras blancas. Hoy, del “SALE” hemos pasado a “TODO”. ¿Tortillas de maíz tostado para comer con frijol volteado y guacamol? Nos las ofrecen en "restaurant style”. Me cuesta entender cuál es el problema con decir que son “estilo restaurante”, pero asumo que luce más atractivo con “y” en medio. ¿La segunda generación de cualquiera? Es el junior. O Jr. Por fortuna aún no se ha hecho costumbre colocar, en números romanos, el “III” detrás del apellido del nieto que se llame igual que el abuelo y el padre, pero podríamos estar cerca de importar, también, esa práctica.
¿Cuándo fue la última vez que alguna conocida suya fue a un salón de belleza? ¿O todas se tiñen en un “beauty salon”? ¿Ha lavado su automóvil en algún sitio que no sea un “car wash”? ¿O asistido a algún evento académico o de trabajo en que no haya un “coffee break” a media mañana? Guatemala es uno de los más importantes productores de granos de aromático de alta calidad, pero aquí pareciera que lo que tomamos es otra cosa. Es “iced o frappé”, de preferencia con leche “low fat” porque decir descremada implica emplear muchas letras.
Nuestra “face” y nuestro “body” pasa por “care centers”. Nuestros dientes, por “smile factories”. Comemos “chicken”, no pollo. Y carne en “steak houses”. Somos “foodies” que buscamos “the taste of China” quizá en alguno de los múltiples “shopping centers” que son el “future” en la experiencia de lo que a compras se refiere. ¿Hay que felicitar a alguien? No lo dude. Hay “gift cards” en cada esquina y, al parecer, en cualquier establecimiento En fin, al parecer somos “made in” Guatemala.
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