Vendían más caro y se tiene dudas sobre la composición de los medicamentos, incluso se habló de placebos y productos vencidos. La denuncia la hicieron las autoridades del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) ante el Ministerio Público (MP). A pesar de ello, le siguieron comprando.
Las adquisiciones fueron en 2017. La empresa: Mundifarma, la cual se encuentra registrada en Guatecompras como Importaciones y Exportaciones Camposeco Chan, Sociedad Anónima.
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En la denuncia el IGSS hizo ver que Mundifarma ofertó y comercializó medicamentos con esa institución, para ello presentó cartas de autorización de las empresas que ostentan la titularidad de registros sanitarios de varios productos medicinales, pero hay indicios de que éstas fueron falsificadas.
“Se desconoce el origen de los componentes de los medicamentos que oferta Mundifarma, presumiéndose que los mismos puedan ser placebos, medicamentos vencidos, productos de contrabando o que su composición pueda ser cualquier otra sustancia y no el medicamento que respaldan los registros sanitarios”, detalla la auditoría financiera de la Contraloría General de Cuentas (CGC).
Por este caso, la Contraloría estableció sanciones económicas en contra del Gerente del IGSS, Vidal Heriberto Herrera, y contra el subgerente de Prestaciones en Salud, Arturo Ernesto García Aquino, los responsables de informar a todas las unidades ejecutoras.
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Según la auditoría, el 31 de agosto de 2017 la Gerencia del IGSS informó sobre las acciones contra Mundifarma e instruyó a la Subgerencia de Prestaciones en Salud a que informara sobre las mismas, para que las unidades ejecutoras se abstuvieran de comprar sus productos.
En diciembre del mismo año se remitió un oficio a los directores departamentales y directores médicos, pero “no se alertó de ésta situación a todas las unidades ejecutoras de manera oportuna”.
La identificación del supuesto fraude de Mundifarma se logró descubrir luego de que la representante legal de la empresa Futura, S.A., Lucy Yamene Neyra acudió al IGSS para informar que dicha entidad ofertó Lansoprazol ante el Hospital de Malacatán, San Marcos, utilizando una supuesta carta poder de su representado, la cual “era falsa”.
Más caros
Por si fuera poco, la CGC determinó que la empresa no solo vendía medicamentos de dudosa procedencia, sino que además lo hacía a precios más elevados que la competencia.
Como una cápsula de Lansoprazol -medicamento utilizado para el tratamiento de la gastritis- que tenía un costo unitario de 13 centavos con otra empresa, pero se le compró a Mundifarma por 60 centavos, es decir, 47 centavos más.
En esa misma situación identificaron al menos nueve medicamentos, algunos incluso triplicaban el costo.
Denuncia
Para la Contraloría hubo negligencia por parte de las autoridades del IGSS, a pesar de ello sólo estableció una sanción económica por Q19,652.13, que deberán ser pagados por el Gerente y Subgerente de Prestaciones en Salud.
Ambos funcionarios trataron de desvanecer el hallazgo de la CGC: Vidal Herrera, gerente del IGSS, presentó como pruebas de descargo el oficio que giró en agosto dando instrucciones para que se informara sobre la denuncia en contra de Mundifarma.
Mientras que, Arturo García, subgerente de Prestaciones en Salud, a quien se le ordenó informar, aseguró que la comunicación se demoró de agosto hasta diciembre porque la Subgerencia de Integridad y Transparencia Administrativa le pidió esperarse un tiempo prudencial en lo que se completaba el análisis del pronunciamiento de la Fiscalía a cargo.
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“La intención era no poner en sobre aviso a Mundifarma sobre las investigaciones que se llevaban a cabo, para no entorpecer las actuaciones que se estaban desarrollando”, respondió García.
No obstante, la CGC detalló que desde el 31 de julio de 2017, cuando se puso la denuncia, hasta el 19 de diciembre del mismo año, se siguieron comprando medicamentos a Mundifarma en la modalidad de compra directa y baja cuantía, “poniendo en grave riesgo la salud y vida de los afiliados del IGSS”.
Sin rastro
Para obtener una versión de Mundifarma, Soy502 intentó ubicarlos vía telefónica a los cuatro números que aparecen en Guatecompras, así como en las páginas amarillas y en internet: en tres de ellos no respondieron y en el cuarto una máquina informó que estaba desconectado por falta de pago.
Luego se acudió a la dirección registrada también en Guatecompras, en la colonia Las Charcas, pero a través de un intercomunicador se informó que se trababa de una empresa con el nombre de Sarasa.
Al buscar la ubicación de Mundifarma en la aplicación Waze, envió a la par de la vivienda registrada en Guatecompras, pero allí se informó que hacía mes y medio que la entidad farmacéutica ya no funcionaba en el lugar, pese a que en las paredes aún colgaban reconocimientos y un organigrama de Mundifarma.
El joven que atendió, aseguró que no éramos los primeros en ir en busca de la empresa. Incluso, mostró un paquete que supuestamente habrían enviado autoridades del IGSS.
“Cada viernes viene un mensajero, a él le damos la correspondencia y los mensajes”, explicó. Y luego proporcionó un número del supuesto trabajador de Mundifarma, pero al llamar estaba apagado.
También otorgó un correo electrónico a donde Soy502 se comunicó. Una persona que se identificó como Mario Monroy respondió y ofreció una entrevista en un restaurante de la zona 9.
En el lugar, César Augusto Camposeco, dueño de la farmacéutica señalada, aseguró que “tienen un problema de envidia” y culpó a la directiva de otra empresa con quien compite.
Según Camposeco, creó la empresa luego de ser visitador médico durante muchos años, así que conocía a muchas personas a quienes comenzó a distribuirles sus productos.
“Nosotros no fabricamos medicinas, somos intermediarios. Empezamos a ofertarle al IGSS y ganamos varios eventos, pequeños para los grandes, pero eran buenas ofertas para nosotros”, detalló.
El propietario de Mundifarma negó la venta de placebos, falsificaciones o medicamentos dañados. “El problema es que el negocio de farmacéuticas se ha prostituido y sólo se gana haciendo daño a la competencia”, indicó.
Debido a los problemas legales que tiene, Camposeco indicó que inició los trámites para cerrar la empresa y que ahora va a poner un restaurante.
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