¿Cuántos muertos dejará el coronavirus en el mundo? Si bien ningún experto es capaz de adelantar una cifra, en el peor de los casos podría tratarse de millones de personas, de ahí la importancia de tomar medidas radicales como el confinamiento.
"Hay que ser realista y honesto: sí, es posible", admitió Anthony Faucy, un epidemiólogo mundialmente respetado, al ser cuestionado sobre la posibilidad de que centenares de miles de estadounidenses mueran debido al COVID-19. "Nuestro trabajo, nuestro desafío, es actuar para que esto no suceda".
Su hipótesis se basa en simulaciones matemáticas fundadas en los datos que se barajan sobre la enfermedad del COVID-19.
Por lo tanto, este tipo de proyecciones no son bolas de cristal, sino instrumentos para guiar las políticas públicas. Por ello, incluyen el peor escenario.
Las más importantes fueron publicadas el lunes por el Imperial College de Londres (ICL), que "las comunicó a los responsables políticos del Reino Unido y de otros países en estas últimas semanas".
Primera constatación: "Si no se toma ninguna iniciativa contra la epidemia, esta podría dejar unos 510 mil muertos en Reino Unido", con una población de 66 millones de personas, similar a las de Italia y Francia, y "2.2 millones en Estados Unidos", de una población de 330 millones. Y ello sin tener en cuenta los muertos adicionales que supondría la saturación de hospitales.
Para formular estas estimaciones, los investigadores parten de un dato ampliamente aceptado por la comunidad científica: en ausencia de medidas para combatir la pandemia, cada contagiado del COVID-19 contamina a su vez a dos o tres personas. En este caso, "el 81% de la población británica y estadounidense" acabaría contagiándose.
Luego se aplica la tasa de mortalidad estimada de la enfermedad, alrededor de un 1% de las personas que presentan síntomas, teniendo en cuenta que gran parte de la gente infectada no presenta ninguno o muy pocos.
¿Qué hacer?
Pero estos números impresionantes de muertos son solo teóricos puesto que se calcula bajo la hipótesis de que los países no tomen ninguna medida, cosa que no es el caso.
La cuestión es medir la eficacia de cada una de las iniciativas que se emprenden, que es lo que trataron de hacer los investigadores del ICL.
Conclusión: las medidas de "atenuación" de la pandemia, cuarentena de casos identificados y de su familia, aislamiento de personas vulnerables como los ancianos y los enfermos de otras patologías, no bastarían para reducir drásticamente el número de muertos.
"Los países que sean capaces" deben más bien optar por una segunda estrategia, "la contención".
Pero esto supone medidas mucho más estrictas, como el aislamiento del conjunto de la población y el cierre de escuelas, como hicieron hasta ahora algunos países europeos como Italia, España y Francia.
Estas medidas tienen "un costo económico y social importante", reconocen los investigadores, para quienes es posible suavizarlas de forma puntual, siempre y cuando vuelvan a aplicarse si el número de casos aumenta de nuevo.
Y en total deberían ser "mantenidas durante el tiempo necesario para elaborar una vacuna", cosa que podría tomar, "18 meses o más".
La publicación de este informe coincide con la adopción del confinamiento general por parte de Francia y con un cambio de estrategia en el Reino Unido, cuyo gobierno reforzó el lunes las medidas pidiendo evitar todo contacto y desplazamiento "no esencial".
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