Los dirigentes de los Conmebol tomaron la decisión de aplazar por una hora el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores 2018, luego de que el bus de Boca Juniors fuera apedreado a su llegada al estadio Monumental y varios jugadores fueron afectados por los gases lacrimógenos que usó la policía para dispersar a los inadaptados.
Varios jugadores de los xeneinses, como Carlos Tévez, Agustín Almendra, Pablo Pérez y Mauro Zárate, con cortes en la piel y otros con molestias por los gases que ingresaron al transporte de Boca, por lo que debieron ser atendidos por los médicos de la Conmebol, para luego hacer alguna revisión para definir si serán trasladados a un hospital.
La tensión subió y los dirigentes de la Confederación Sudamericana de Fútbol se reunieron de emergencia para definir lo que debería suceder.
En las afueras del estadio continuaron los enfrentamientos entre la Policía y algunos aficionados desesperados por ingresar al escenario deportivo.