Un arresto en la Ciudad de México y la admisión de su culpa ante un juez federal de Estados Unidos terminó con la carrera de Jorge Gustavo Arévalo-Kessler, un piloto de aviones que trabajaba para la aerolínea privada del cártel de Sinaloa.
El detenido, alemán de nacimiento obtuvo la ciudadanía mexicana y llegó al rango de capitán en la Fuerza Aérea Mexicana, en donde trabajó como instructor y entrenó a cientos de pilotos.
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Su carrera postmilitar fue un tanto diferente, recibió una oferta para volar con Emirates Airlines y podría haberse retirado con una pensión, pero en lugar de eso decidió trabajar con Joaquín "El Chapo Guzmán" y voló butiks de efectivo y cocaína desde y hacia Venezuela, Panamá y México.
"Muchos privilegios le han sido otorgados dada su educación y habilidad para volar aviones", dijo Gray Miller, Juez de Distrito, durante la sentencia de Arévalo Kessler.
"Quiero decir, él ha volado aviones de combate, aviones comerciales, jets pequeños y grandes. Por desgracia, como dijo estaba cegado por la codicia", aseguró Miller.
El piloto fue sentenciado a 11 años en la prisión federal por cargos de conspiración atados al lavado de dinero y tuvo pocas palabras en respuesta a la sentencia, de acuerdo con una transcripción del juicio en 2011, que fue liberada el año pasado.
Aviones
"La flota del cártel es incluso más comparable con algunas de las principales aerolíneas internacionales, aunque muchas de las aeronaves del cártel son más pequeñas, destinadas a cumplir su rol de viajar desde y hacia pistas de aterrizaje remotas y clandestinas", aseguró.
Arévalo Kessler fue un piloto importante en las operaciones aéreas del Cártel de Sinaloa que por número de aviones puede competir con las aerolíneas principales de México.
El tamaño de su flota es por un amplio margen más grande que la de Aeroméxico, la línea comercial más grande de ese país.
Esta información llegó con una investigación realizada por El Universal, quienes obtuvieron datos de los aviones confiscados por las fuerzas federales mexicanas entre el 2006 y el 2015.
Los números son incluso más sorprendentes para el propio Cártel de Sinaloa, la organización de narcotráfico más acaudalada del mundo.
Hasta el momento, México ha confiscado 599 aviones y helicópteros vinculados con el Cártel de Sinaloa, exclusivamente, de acuerdo con la información del diario.
Estas son las cifras confiscadas, no el total que probablemente es mayor y que se podría esperar que el Cártel reponga sus pérdidas tras los operativos.
Según Arévalo, en alguna ocasión voló un Boeing 727 para el cartel. "Si fuera una empresa legal, el cártel también competiría como la compañía aeroportuaria más lucrativa del país, operando 4 mil 771 postas de aterrizaje clandestinas entre 500 metros y un kilómetro de longitud, enclavadas en el corazón de las sierras en los estados norteños.
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* Con información de www.infobae.com y VICE.com
