La historia de estos dos muchachos fue una de las que más conmovió a muchas personas en Guatemala. Dos hermanos que se dedicaban a lustrar zapatos en la zona 14 vieron como el buen corazón de los guatemaltecos se unieron para apoyarlos.
Se trata de Carlos Daniel y Mario Cúmez, originarios de Chichicastenango, Quiché, quienes de lunes a viernes lustraban zapatos en las afueras de los edificios de la zona 14. Gracias a la publicación en Facebook de Silvia Santisteban y su hija Olga, la vida de estos muchachos dio un giro inimaginable.
SU HISTORIA...
Fue precisamente el 21 de enero cuando las dos mujeres se encontraron con Carlos Daniel y Mario en las afueras de un centro médico de esa zona. Ese día, madre e hija decidieron que sus botas necesitaban brillo y se acercaron a los dos muchachos.
Al platicar con ellos, supieron sobre el esfuerzo que hacían para trabajar y de esa manera pagar la renta y costear sus estudios en enfermería. La historia impactó a las dos mujeres que lo contaron en Facebook y eso generó una gran cantidad de comentarios de admiración hacia los chicos.
ÁNGELES...
Soy502 salió en busca de los muchachos para conocer su historia; sin embargo, su historia generó tal conmoción que la Universidad Panamericana llegó donde ellos estaban para llevarlos a la sede de esa casa de estudios y otorgarles una beca completa.
“En la escuela aprendí lo básico, mi meta es aprender más y tener muchos conocimientos, llegara a ser un licenciado, tener una maestría y conseguir un doctorado para ayudar a las personas como mi madre que padece de gastritis nerviosa desde hace 10 años. Ella es lo más importante para nosotros”, dijo Mario la tarde del 22 de enero tras haber recibido la beca por parte de las autoridades de la Upana.
Pero las bendiciones no terminaron ahí. Unos días más tarde, el Instituto Guatemalteco Americano, IGA se contactó con los muchachos a quienes ofrecieron una beca completa para estudiar inglés.
“Estamos agradecidos con las personas que nos han brindado esta oportunidad. Aún no lo creemos y no queríamos revelar nuestra historia, pero Dios quiso que esto pasara. No vamos a desaprovechar lo que nos ofrezcan, todo se lo debemos a nuestros padres que nos educaron”, contaron los hermanos al empezar sus clases en el IGA.
Y así el año transcurrió. Los muchachos nos habían dejado una lección de superación. Sin embargo, Mario Cúmez fue sorprendido a mediados de año, cuando fue llamado para empezar un trabajo formal en el Ministerio de Educación.
Fue así que el 2 de junio empezó a trabajar como Auxiliar en la Dirección de Servicios Generales. Pero no fue fácil, tuvo que esperar al menos cuatro meses ya que tuvo que pasar todo el proceso de aplicación a la plaza.
“Voy a dejar mi caja de lustre como un recuerdo. Le voy a escribir la fecha de mi último lustre y me va a servir para inspirar a mi generación”, contó en aquella ocasión cuando lo acompañamos a su primer día laboral.
Por su parte, Carlos Daniel aún está a la espera para ser ubicado dentro del Mineduc el próximo año.
Antes de concluir el año, Carlos Daniel participó en el Foro de Emprendedores que se realizó a principios de diciembre en el Irtra del Retalhuleu y expuso ante cientos de jóvenes su historia y la de su hermano.
“Hemos aprendido muchas cosas, superamos nuestras expectativas y estamos muy agradecidos con las personas que nos ayudaron. Espero que Dios me ayude a conseguir un trabajo, aprender y conocer a nuevas personas”, contó Carlos Daniel.
Los hermanos concluyeron el año con notas positivas en la universidad y realizando prácticas de enfermería en el hospital Santo Hermano Pedro de Betancourt de Antigua Guatemala. Carlos estuvo en el área de Atención Directa de Cirugía de Mujeres mientras que Mario lo hizo en la Pediatría de dicho centro asistencial.