Apenas 25 minutos se pudieron jugar del partido entre el Standard Lieja y el Anderlecht en el fútbol femenino de Bélgica, debido a que los aficionados se enfrascaron en una batalla campal dentro y fuera del estadio.
El Anderlecht ganaba 0-1 cuando sus seguidores radicales llegaron a la instalación deportiva con palos y bengalas. También aparecieron los ultras del equipo local y fue cuando inició el escándalo.
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El árbitro detuvo el partido y algunas jugadores se fueron a los camerinos, mientras otras buscaban a sus familiares en las gradas.
Medios locales lamentaron lo ocurrido y denunciaron que la policía tuvo una reacción tardía para establecer el orden.
Los hechos quedaron grabados por aficionados ajenos a la trifulca.
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