Desde la semana seis de embarazo, Andrea Rojas ha estado luchando al lado de su esposo Cristian por mantener a su hijo Marcelo con vida.
“A pesar de todas estas duras pruebas, nuestro hijo es una bendición”, dice el padre de los mellizos, Marcelo y Kristha, quienes nacieron hace un año 10 meses y que juntos han empezado una batalla que esperan ganar.
Según cuenta Andrea, desde la semana sexta de embarazo tuvo su primera amenaza de aborto, pero con los cuidados necesarios continuó con su proceso de gestación, esperando con mucha ilusión a sus mellizos. “Yo siempre dije que cuando tuviera a mis hijos me iba a dedicar completamente a ellos y así lo he hecho” afirma la madre.
Las malas noticias continuaron y los médicos cada vez le daban menos esperanza de vida a uno de los fetos, ya que el saco amniótico era demasiado pequeño, tenía desprendimiento y calcificación de placenta, poco líquido y hasta llegaron a pensar que ese bebé nacería sin extremidades. Se trataba del varón que después llamaron Marcelo.
Andrea es una persona muy creyente, así que con oraciones y siguiendo al pie de la letra las instrucciones médicas continuó esperando a sus pequeños. “La bolsa de Krista, la hermana de Marcelo, estaba en perfectas condiciones, no existía ningún riesgo con la pequeña”, afirma la madre, quien recuerda esos días con mucha tristeza.
Pero el diagnóstico cada vez era menos alentador, los doctores empezaron a preparar a los padres primerizos para que esperaran lo peor. A la semana 30 de gestación, a Marcelo lo diagnosticaron con más enfermedades y aseguraban que no nacería con vida. Como toda madre, Andrea se aferró a su religión y su instinto, pensando que sus pequeños estarían bien.
“En esa misma semana que el médico me dijo que mi hijo no nacería, yo le aseguré que se había movido en mi vientre. Me vio con ojos extraños y hasta pensando que estaba loca, pero no me importó, yo sabía que mi hijo nacería” asegura Andrea.
Marcelo nació con vida junto con su hermana Kristha. Ambos permanecieron en incubadora debido al bajo peso de ellos. El pequeño guerrero pasó a intensivo, ya que tenía dificultades para respirar, varias infecciones y otras complicaciones. El bebé fue operado de emergencia por perder su vista periférica causada por su prematuro nacimiento.
A los 28 días de nacido, Marcelo fue operado nuevamente de unas hernias en la ingle. Poco tiempo después, pudo regresar a casa.
La vida de la familia empezó a transcurrir con normalidad. Aunque el pequeño era muy apático y más introvertido que su melliza, era un niño normal hasta que un día no reaccionó al llamado de su madre
Andrea no lo quería creer, pero luego de dos series de exámenes, a Marcelo lo diagnostican con sordera. Él necesita ahora un implante coclear que cuesta alrededor de 40 mil dólares.
Sin ayuda, es imposible salir de esto
La familia necesita ayuda, así que Andrea y Cristian empezaron a realizar diferentes actividades y comunidades en las redes sociales para conseguir el dinero.
“Marcelo es nuestro milagro de vida, hemos recibido mucha ayuda en poco tiempo, pero la meta es grande así que pedimos a todas las personas que colaboren haciendo una donación sin importar la cantidad, todo es bienvenido”, afirma Cristian. Este padre de familia indica que esperan que el niño sea implantado a más tardar en septiembre de este año.
Si quieres ayudar a este pequeño guerrero, puedes hacerlo visitando la página de Facebook “Ayudemos a Marcelo” y conociendo todas las actividades que hacen; o depositando a la cuenta 206 0037945 del Banco Industrial a nombre de Andrea Esteban Rojas. También está disponible el número 4020-0056 para mayor información.