Quizá crees que las frutas y verduras siempre han lucido como en la actualidad, pero han cambiado con el tiempo, tras ser mejoradas por nuestros antepasados.
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Las semillas de los ejemplares que nacían con mejor aspecto y sabor, fueron aprovechadas para la siembra.
Así lucían en la antigüedad:
Maíz:
Viene de un tipo de pasto mesoamericano conocido en México como Teocintle. Surgió por medio de la cría selectiva, eligiendo las plantas que tenían más filas de granos y que eras más grandes.
Banano:
El banano silvestre era diferente, antes no se podía comer crudo y tenía varias semillas grandes y resistentes en su interior. Se cultivaron hace 10 mil años en Papúa Nueva Guinea.
Los plátanos actuales provienen de dos variedades silvestres: Musa acuminata y Musa balbisiana. Esto provocó que su cubierta fuera más blanda y que el sabor cambiara.
Aguacate:
El aguacate solía ser un fruto pequeño, la semilla ocupaba todo el espacio. Los antepasados mejoraron la fruta al criarlo selectivamente.
Sandía:
Tiene miles de años y ha sido una de las que más ha cambiado. En el siglo XVII lucían como pálidas, con menos pulpas y más semillas.
Durazno:
Gracias a la cría selectiva que usaron los antepasados, se llegó a un fruto carnoso. Fue domesticado por los chinos alrededor del año 4000 a.C. El durazno original se parecía a la cereza y su piel era lisa, apenas se podía disfrutar su carne. Hoy es 64 veces más grande y el 90% de su pulpa es comestible.
Fresa:
La fresa salvaje tiene un mejor sabor y se considera una mejor versión de la fruta, pero debido a que la fresa más grande es más resistente a enfermedades, fue esta la elegida para el cultivo.
Zanahoria:
Fueron encontradas en Persia alrededor del siglo X y eran blancas y moradas, luego fueron criadas selectivamente por siglos en Europa.
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