Como es habitual, un grupo de aficionados se concentró el viernes en las puertas de Valdebebas a esperar a que sus ídolos se pararan y les regalaran un momento inolvidable en forma de foto, autógrafo o sonrisa, pero terminó en tensión insultos y gritos.
Después del entrenamiento del Real Madrid, la situación se alejó del transcurrir habitual y hubo momentos complicados entre los aficionados concentrados y los jugadores merengues.
Las cámaras captaron esos momentos, en los que la ilusión de los seguidores se fue diluyendo a medida que los jugadores pasaban de largo y no se detenían ante ellos.
La aparición de Gareth Bale fue la que despertó más indignación. Una mujer se puso delante de su carro obligándolo a frenar, pero los guardias de seguridad la apartaron y el galés siguió su camino, siendo inalterable pese a los insultos que la mujer.
Tras este violento episodio, la seguridad privada de Valdebebas pidió refuerzos, por lo que un vehículo de la Policía Nacional acudió al rescate y controló la situación. Sin más altercados, los pocos que todavía mantenían alguna esperanza se dirigieron a una rotonda vecina, pero tampoco hubo suerte.
Después de la goleada los jugadores no están para atender a la gente, que sin embargo sigue creyendo en ellos.
* Con información de Marca