El ejército israelí atacó nueve viviendas propiedad de altos mandos de Hamás, algunas de las cuales eran utilizadas para "almacenar armas".
EN CONTEXTO: Israel bombardeó una torre en Gaza usada por Hamas como centro cibernético y de comunicaciones
Las calles de Gaza permanecían desiertas el lunes después de una nueva serie de bombardeos nocturnos del ejército israelí, tras una semana que dejó más de 200 muertos, la gran mayoría palestinos, mientras Hamás e Israel hacían oídos sordos a los llamamientos internacionales de desescalada.
Cientos de edificios resultaron dañados y se intensificaron los cortes de electricidad, según las autoridades locales, que no informaron de víctimas en lo inmediato.
La Yihad Islámica, segundo grupo armado palestino en la Franja de Gaza, anunció que Hosam Abu Harbid, uno de sus comandantes, había muerto en un ataque.
"Nunca ha habido bombardeos de este calibre", aseguró Mad Abed Rabbo, de 39 años, que vive en el oeste de la ciudad de Gaza y dice sentir "horror, miedo".
Unos 40 mil palestinos han abandonado sus hogares, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Los equipos de rescate y los residentes intentaban retirar los escombros y apagar los incendios, incluido uno en una fábrica de colchones.
Crisis "incontrolable"
La violencia "tiene el potencial de provocar una crisis de seguridad y humanitaria incontrolable y fomentar todavía más el extremismo", alertó el domingo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad.
"Este ciclo insensato de derramamiento de sangre, terror y destrucción debe cesar inmediatamente", imploró. La tercera reunión virtual del Consejo terminó sin avances.
El lunes, la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, expresó su "solidaridad" con Israel durante una conversación telefónica con Benjamin Netanyahu y reafirmó "el derecho de Israel a defenderse de estos ataques".
La actual violencia estalló tras una andanada de cohetes disparados por Hamás contra Israel en "solidaridad" con centenares de palestinos heridos en los disturbios con la policía israelí en Jerusalén Este.
El origen de esas manifestaciones fue la amenaza de expulsión forzada de familias palestinas a favor de colonos israelíes en el barrio de Sheij Jarrah.