Un hijo donaría sin pensar hasta el corazón por un padre; María Eugenia "Shenita", donó la mitad de su hígado para tener a su padre de vuelta. Sin embargo, su sacrificio trajo a su padre con más energía y con una misión en su mente: lograr que en Guatemala se realicen trasplantes de hígado accesibles para toda la población. Esta es su historia.