El sueño de niño se cumplió y hace quince años, Carlos Humberto Ruiz Gutiérrez llegaba solo y en autobús al estadio del Trébol. Tiempo después el Pescadito creció y paseó su futbol y sus goles por Estados Unidos, Grecia, Paraguay y México. Hoy regresó a casa y fue recibido por miles de fanáticos.
Nervioso, vestido con saco negro y jeans, zapatos formales y el cabello más corto que antes, acompañado por sus hijas y con la misma ilusión de un niño, el Pescado volvió al Trébol, donde fue presentado por la dirigencia roja.
Unos dos mil seguidores escarlatas llenaron la preferencia del Manuel Felipe Carrera y no importó que fuera lunes al medio día, hombres, mujeres y niños quería ver al ídolo y decirle bienvenido.
Un pequeño acto precedió al ansiado encuentro, los fieles escarlatas cantaban, las bengalas y el humo rojo inundaba el aire, la atmosfera era perfecta, Ruiz ingresó al camerino y ya vestido de corto, tomó aire, para luego saltar otra vez a la cancha.
“Vengo a Municipal para ser campeón. Campeón me fui y campeón quiero volver”, dijo eufórico Ruiz.
Hubo gritos y pasión, Ruiz alzó la mano derecha y portando el tradicional número 20, besó la camiseta y el escudo rojo, y trepó la malla para fundirse por unos instantes con los seguidores.
Volvió el Pescado y con él la esperanza de conseguir los goles.
Ruiz volvió a los entrenamientos del equipo de sus amores y doce años después promete darle lo mejor que le queda y concluir su carrera en la que fuera su cuna futbolística.
Falta poco para el debut, y miles en Guatemala esperan que Carlos salte a la cancha y logre resucitar el espíritu del rojo, y la fiesta continúe. Ruiz tendrá que responder con responsabilidad a las grandes expectativas que ha generado su retorno al balompié nacional y eso solo el tiempo lo dirá…