Muchos guatemaltecos esperan recibir en estos días el ansiado Bono 14, ese salario extraordinario que debería incentivar el ahorro y el consumo; sin embargo, en muchos casos tiene un destino muy diferente: pago de deudas, principalmente de tarjetas de crédito.
Ya sea porque poseen atrasos con varios pagos, finalizar las cuotas de un electrodoméstico que se compró, o cancelar en definitiva esa deuda con la tarjeta de crédito que a muchos guatemaltecos les quita el sueño.
Actualmente, los guatemaltecos deben a los bancos en concepto por tarjeta de crédito 7 mil 777 millones de quetzales, cifras al 31 de mayo de este año, según estimó la Superintendencia de Bancos (SIB). Sin duda, ha habido un crecimiento considerable en la utilización del plástico en las compras.
En 2007, las deudas totales por tarjeta de crédito, de acuerdo con la SIB, era de 2 mil 700 millones de quetzales, y al cierre del año pasado, la cifra alcanzó los 7 mil 900 millones de quetzales, es decir, un crecimiento del 190%.
El gran salto se dio entre 2012 y 2013, ya que en tan solo un año, los pagos con tarjetas de crédito incrementaron 1 mil 317 millones de quetzales, es decir un 22% de aumento, ya que en 2013 la deuda total fue de 7 mil 274 millones de quetzales.
“Deuda imposible”
La directora de la Dirección de Atención y Asistencia al Consumidor (Diaco), Silvia Escobar, señala que lo más recomendable para las personas que poseen una deuda de tarjeta de crédito es que aprovechen el pago del Bono 14 para pagarla.
Escobar detalló que el consumidor debe estar alerta, y no dejarse sorprender por ofertas de extra financiamiento. “Recuerde, solo compre si puede pagarlo, porque a veces, las políticas para recuperar esas deudas no son adecuadas y generan problemas psicológicos en muchas personas, o se enferman”, agregó.
Un negocio de riesgo
José Díaz, presidente Ejecutivo de Ficohsa Guatemala, explica que las tarjetas de crédito dinamizan la economía de un país, ya que aviva el consumo, hace circular más dinero y beneficia directamente a quien vende, claro, esto en un panorama donde no hay atrasos y las personas pagan a tiempo sus deudas.
Sin embargo, Díaz es consciente que muchas de las personas que obtienen productos con tarjetas de crédito no son capaces de hacer efectivo su pago, sea por la razón que sea, pero la principal es, según él, por falta de educación para utilizar el plástico.
Díaz explicó que mientras más corta sea el plazo de la deuda, más costosa se vuelve, principalmente por el riesgo que esta no se pague, ya que desde su punto de vista, el negocio de las tarjetas de crédito “es de alto riesgo”, y todo esto implica costos elevados en mantenimiento de sistemas informáticos y personal 24 horas al día.