No es la primera vez que el presidente Otto Pérez Molina visita el hospital Roosevelt, tampoco es la primera ocasión que los pacientes y empleados se quejan por la falta de insumos.
En esta ocasión los reclamos se centraron en la escasez de agua para tomar los medicamentos recetados y la carencia de jabón en diversas áreas que deben mantenerse con total higiene.
La respuesta inmediata del mandatario fue:
Pérez minimizó los reclamos diciendo que sí hay medicinas y material quirúrgico.
Carlos Soto, director del centro asistencial que el año pasado atendió 350 mil consultas, aseguró que sí hay agua y justificó las quejas diciendo que "si los familiares les quiren traer agua es decisión de ellos".
Soto, que denunció amenazas de muerte, vistió una corbata anaranjada durante la visita que hizo el presidente Pérez Molina.
Familiares y pacientes aprovecharon la presencia de periodistas para quejarse, sus lamentos parecían eslabones de una gran cadena de decadencia que permance en el Hospital Roosevelt y que no es nueva.
Una paciente informó que las enfermeras al darle los medicamentos le preguntan "tiene agua" y si la respuesta es no, le brindan el vital líquido de manera racionada "ellos no tienen la culpa" concluyó la mujer.