Venezuela es un tema de noticia. Lo mismo que sucedió hace 80 años con Alemania, Italia, Rusia, España y varios países de Latinoamérica.
Ideas colectivistas se apropiaron del mundo y los muertos, luego, se contaron por millones. No hablo de los muertos en la Segunda Guerra Mundial, sino los muertos que los propios gobiernos dejaron por defender su idea.
Los gobiernos con estas ideas dejan de cumplir su deber y se vuelven un brazo ejecutor de un grupo que se justifica en ideas de superioridad. Así, esos gobiernos empiezan a defender, proteger y luego eliminar a todo aquel que no encaja con su idea, a pesar de que la razón verdadera, histórica, de la creación de un gobierno moderno es la protección de la vida, de la seguridad y del producto del esfuerzo de cada uno.
Unos defienden una raza o religión, otros un gremio, algunos una nación o una patria y otros más, una clase social.
Es así que ahora hay muertos en Venezuela. No le queda claro al mundo si el gobierno de Venezuela defiende una clase social -socialismo- un gremio -fascismo- un g -Nazis- una clase social -socialismo marxista. Lo que sí queda claro es que hay una idea de que el individuo le sirve al "Estado", término mal empleado pues en estas ideas es al "gobernante" y resulta ser intercambiable y sin valor como ser humano.
El gobierno dejó de servir a sus ciudadanos y empezó a servirse de ellos. Es lamentable que haya muertos. Mucho más que se crea que hay grupos, no importa cuáles, que pueden decidir sobre la vida o muerte de personas, sobre sus metas, sobre lo que es bueno o malo para ellos.
Un gobierno que se limita a hacer aquello para lo que fue creado, allí es cuando empieza a verse prosperidad, paz, bienestar en cada vez más personas.
Mi sentimiento con las familias de los fallecidos y que la historia juzgue.