La selección de fútbol de Uruguay, dos veces campeona del mundo, aspira a repetir en el Mundial de Brasil la buena imagen que dejó en Sudáfrica 2010, donde fue la mejor clasificada de América y ocupó el cuarto lugar.
El excelente momento por el que atraviesan sus goleadores Luis Suárez, del inglés Liverpool, y Edinson Cavani, del francés París Saint Germain, abonan esa posibilidad y alimentan el sueño de todo un país donde el fútbol es pasión y los niños aprenden a patear el balón al mismo tiempo que comienzan a caminar.
Los celestes recorrieron un camino espinoso y complicado en las eliminatorias sudamericanas y llegaron a ver la Copa del Mundo "de lejos y chica", como admitió el capitán de la plantilla, Diego Lugano.
Sin embargo, en el cierre del clasificatorio los uruguayos ganaron fuera de casa, recuperaron la moral y parte de su mejor juego y se aseguraron su boleto mundialista en una repesca que sellaron en el partido de ida goleando a Jordania en Ammán por 5-0.
Ese triunfo es conocido como el "Maracanazo" porque el partido se jugó en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro y frente a 200,000 espectadores.