Los municipios de San Marcos: San Pablo, San José el Rodeo y una parte de Malacatán, se quedaron este lunes sin servicio de energía eléctrica debido a una saturación de conexiones ilegales que provocó el colapso de la red; lo cual atiza el fuego en un conflicto que cada día se encuentra más lejos de solventarse.
Energuate, la empresa que distribuye la energía en el lugar, explicó por medio de su porta voz que no pondrán un pie en dichos municipios hasta que se garantice la segurdad del personal de la empresa que podría reparar el problema; sin embargo, para ello debe instalarse una mesa de diálogo que promete que el servicio no será restablecido en el corto plazo.
Mynor Amézquita, vocero de Energuate, confirmó que estos tres municipios se han quedado sin fluido eléctrico debido a un colapso en una red de distribución que no ha recibido mantenimiento y que soporta miles de conexiones ilegales directas.
Amézquita señaló que en los últimos tres años la demanda de energía se ha triplicado debido a que existe un uso “indiscriminado”, consecuencia de las conexiones directas. “Es como si conectaran 12 aparatos en una sola conexión. El cable se calienta y el flipón se dispara. Eso es lo que está sucediendo”.
El portavoz de Energuate destacó que no pueden ingresar a dichos municipios a causa del conflicto que existe en contra de esta empresa desde hace seis años.
Mesa de diálogo de alto nivel
Debido a que se prevé un aumento en el conflicto, Miguel Ángel Balcárcel, coordinador del Sistema de Diálogo Nacional, convocó este martes a una Mesa de Diálogo de Alto nivel conformada por los alcaldes de los municipios afectados, así como el gobernador departamental, representantes de Energuate y la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE).
Por su parte, Amézquita sostiene que una de las condiciones para ingresar será eliminar todas las conexiones ilícitas y arreglar las manipulaciones, además de cumplir con el pago “responsable” del consumo.
Un largo conflicto
Los conflictos, principalmente en Malacatán, empeoraron entre 2008 y 2009, cuando pobladores pidieron la salida de Unión Fenosa (actualmente Energuate) por cobros excesivos en la factura mensual.
La solución de los pobladores fue conectar directamente sus viviendas a la red eléctrica; es decir, sin utilizar contadores y evitando así pagarle a la empresa; esto provocó que empleados de Unión Fenosa fueran agredidos o expulsados de los lugares cuando intentaban cobrar o desconectarles.
Los problemas se intensificaron en octubre de 2012 cuando pobladores de Totonicapán manifestaron en el kilómetro 170 de la Ruta Interamericana, una de sus demandas era el alto cobro de la energía. Esta acabó con un saldo trágico de 7 muertos y 38 heridos, en un enfrentamiento entre el ejército y los inconformes.
Desde que empezó el problema, indica Amézquita, el servicio eléctrico se ha mantenido con algunas interrupciones en dichas áreas; pero se ha recuperado. “Ha sido nuestra política desde hace seis años, garantizar la energía. Si hubiésemos querido quitarles la luz lo habríamos hecho hace mucho”, concluyó.