La unidad de comunicación de la sonda Rosetta volverá a encenderse en la madrugada del domingo para intentar recibir señales del módulo Philae, que hizo historia al aterrizar en noviembre sobre un cometa, informó el viernes el Centro Aeroespacial Alemán (DLR).
"Lo más probable es que Philae se despierte en mayo o en junio, pero no queremos que se nos pase su despertar en caso de que logre suficiente energía para alcanzar la temperatura que necesita para funcionar", explicó en un comunicado el director del proyecto Philae en el DLR, Stepahn Ulamec.
Tras abandonar la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA), Philae se posó sobre el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko el 12 de noviembre después de tres aterrizajes y dos rebotes, lo que hizo que no cayera en el punto programado y quedara en una zona oscura y rocosa.
Al no contar con la luz necesaria para cargar las baterías y trabajar de forma autónoma, entró en hibernación 57 horas después del aterrizaje.
Rosetta intentó por vez primera establecer comunicación con el módulo entre el 12 y el 20 de marzo, sin éxito.
A partir del domingo le enviará señales de forma continuada y desde el centro de control del DLR permanecerán a la escucha de cualquier respuesta.
"Como en marzo, enviaremos señales ciegas al módulo para ayudarle a optimizar el uso de energía para calentarse y comunicarse", apunta Ulamec para explicar que, aunque no sea capaz de responder, si Philae está despierto recibirá esos comandos y podrá ejecutarlos.
Para que el módulo despierte, recuerdan los expertos, su interior debe superar los 45 grados celsius bajo cero y tiene que ser capaz de generar al menos 5.5 vatios a partir de sus paneles solares, aunque para enviar señales a la Tierra necesitará llegar a los 19 vatios.
Además de la temperatura, para establecer el esperado contacto resulta "decisiva" la distancia a la que se encuentra la sonda Rosetta del cometa.
El pasado 28 de marzo, ante el riesgo que podía suponer la densidad de partículas en torno a 67/P Churyumov-Gerasimenkoel, Rosetta pasó a "modo seguro" y se situó a 400 kilómetros del cometa, aunque tras diversas maniobras la distancia se ha reducido ya a 140 kilómetros.
"Volamos como muy cerca a cien kilómetros del comenta", explicó el director de operaciones de la órbita de Rosetta, Sylvain Lodiot, encargado con su equipo en la ESA de proyectar de nuevo la trayectoria de la sonda.
Se intentará una maniobra de aproximación similar a la que se realizó el pasado mes de agosto, pero por el momento no se acercará demasiado ante la activa emisión de gases del cometa, por lo que los expertos no pueden calcular cuándo sonda y módulo podrán establecer comunicación.