Robert O'Neill acaba de publicar un libro en el que relata la misión más importante de su vida: la cacería y muerte de Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda.
En sus memorias tituladas "The Operator" (el operador), O'Neill, un soldado veterano de los Estados Unidos y miembro del grupo de élite de los Navy SEALs, relata el día en la que él y su grupo atacaron una residencia fuertemente protegida en Abbottobad, Pakistán, tras una larga investigación que develó el paradero del cerebro detrás del ataque terrorista a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.
Según el veterano, al momento de ingresar a la residencia se entusiasmó sabiendo que Bin Laden estaba cerca. "Estamos aquí, es la casa de Bin Laden. Esto es increíble. Probablemente no vivamos, pero es histórico y voy a saborearlo", pensó mientras avanzaba fuertemente armado.
Los soldados fueron de habitación en habitación, encontrando sólo mujeres y niños pero esperando dar con Khalid Bin Laden, el hijo de 23 años de Osama, quien apareció armado con un AK-47 en una escalera, en un nivel superior al del grupo, falleciendo de un disparo en la cabeza.
Finalmente encontraron a Bin Laden en una habitación, donde una mujer se interponía entre O´Neill y Bin Laden, pero el veterano no dudó. Apuntó con frialdad por encima de la mujer y disparó dos veces. "La cabeza de Bin Laden se abrió al medio y él se cayó. Le disparé otra vez en la cabeza, por seguridad", apunta.
El hombre de 41 años habló por primera vez de su rol en el operativo en 2014, y el gobierno de los Estados Unidos no confirmó ni negó sus dichos, aunque recibió críticas por violar un código no escrito entre los SEALs de no promoverse ni buscar reconocimiento.
O'Neill dejó el Ejército en 2012, cuatro años antes de alcanzar la edad para su retiro.
*Con información de Infobae