Ha sido interpretada por diversas agrupaciones y solistas, ha sonado en marimba, sinfónica, merengue, y hasta duranguense. Es la Luna de Xelajú, considerada por muchos el segundo himno de Guatemala y uno de los pocos temas musicales nacionales que tiene mas de 100 versiones.
En Soy502 nos dimos a la tarea de hacer una selecciones de las mejores versiones de esta obra de arte, las cuales compartimos con el objetivo de exaltar a Guatemala y en memoria de su creador, no nos responsabilizamos por provocar lágrimas y nostalgia, principalmente si estás fuera de Guatemala.
Con el paso del tiempo la Luna de Xelajú pasó de ser un canto de desamor a la “morena de dulce mirar” y se convirtió en el himno de los quetzaltecos, quienes a la fecha la cantan con sentimiento en los buenos y malos momentos, además de ser el canto de batalla de los seguidores del club Xelajú MC, equipo que es recibido con esas notas cantadas a todo pulmón cuando sus jugadores ingresan a la cancha del estadio Mario Camposeco.
Libertada Lamarque, Abracadabra, el trío Los Dandys a ritmo de bolero, Pepe Aguilar con mariachi y Los Tigres del Norte también le pusieron ritmo norteño a la Luna de Xelajú y la incluyeron en su película “Tres veces mojado”, junto a Fidel Funes.
Lila y su Perla del Mar y la Sonora Dinamita la hicieron cumbia, mientras que en merengue, el dominicano Wilfrido Vargas le puso sabor. Sin embargo la versión del grupo Rana es una de las favoritas por ser pegajosa, pero también por la pasión con que su vocalista la cantó. Además la grabaron Tormenta Band y La Gran Familia.
Malacates Trébol Shop le hizo arreglos y la adaptó al ska, Gaby Moreno la incluye en sus presentaciones a ritmo de blues. Más recientemente el español David Bisbal también la ha cantado, y así la lista crece, si sumamos las versiones instrumentales, de cuerdas, con coros y estudiantiles, sin olvidarnos de la original, un vals que fue creado para interpretase con marimba y que nunca falta en las fiestas.
Historia e inspiración
Fue compuesta por Francisco “Paco” Pérez en la década de los 40 y cuenta la leyenda que este huehueteco se enamoró de Eugenia Cohen, una ilustre dama de origen judío, con quien no pudo hacer vida y tener una familia, por el rechazo de los padres a dicha relación y de allí nació la inspiración.
En 1944, “Paco” Pérez participó en el Concurso Nacional de la Canción, en el teatro Capitol, donde alcanzó el tercer lugar sin imaginarse que su tema terminaría por ser parte viva de la identidad de los guatemaltecos.
