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La sal, elemento común en todas las cocinas, se convierte en un funcional remedio para limpiar sin dañar al medio ambiente. Junto con ella, el bicarbonato, también se utiliza con este mismo fin. Os compartimos algunos consejos de cómo utilizar ambas sustancias:

• En el momento en que se te caiga aceite u otro tipo de grasa sobre la ropa, vierte sal para que absorva la mancha y frota. Después mete la prenda, como siempre, en la lavadora. 
• Sobre la mancha de vino aplica un poco de agua con gas y, acto seguido, espolvorea un puñado de sal. Deja que ésta absorba el vino y después vierte un poco de zumo de limón. Déjalo actuar durante cinco minutos y lava finalemnte la prenda con agua y jabón. 
• Para limpiar el horno, mezcla en un recipiente una taza de bicarbonato, 1/3 de taza de sal y otro 1/3 de agua, hasta formar una pasta. Aplícala sobre el horno y deja que la mezcla actúe durante toda la noche. Al día siguiente frota con una esponja y aclara con agua.
• Si necesitas abrillantar metales, mezcla a partes iguales sal, harina y vinagre. Aplica esta pasta con un paño sueva sobre el objeto deseado. 
• Para desatascar el desagüe echa por el sumidero de tres a cuatro cucharadas de bicarbonato sódico. Después, añade una taza de vinagre caliente y déjalo actuar. Por último, deja caer agua caliente para que la presión limpie la tubería.