El grito "Capitán, capitán, Chula capitán..." quedará tatuado para siempre en los graderíos donde juegue Comunicaciones. Rigoberto "La Chula" Gómez, el "Eterno capitán", como fue bautizado por los cremas, dijo adiós al fútbol profesional tras 20 años de carrera y 16 títulos en los hombros.
"Es una noticia difícil, pero se cierran ciclos y lo hago donde empecé, en el equipo que me dio la vida", expresó "La Chula", de 38 años, en sus primeras intervenciones durante la conferencia de prensa en la que oficializó su despedida.
"Gracias" dijo más de 15 veces en la conferencia, y se quebró en cuatro ocasiones. Las lágrimas interrumpían su discurso, el cual retomaba después de resoplar y apacharle el ojo a sus dos hijos que a unos metros observaban también con los ojos llorosos.
"Me voy en el momento justo, como hexacampeón. Este equipo hizo historia y tiene para dar mucho más", continuó.
Estuvo en las malas, en la época de crisis de los cremas, cuando pasaron cinco años y cinco meses sin ser campeón entre el 2003 y 2008. Quizás en esa época se afianzó el amor con la exigente afición blanca.
"Hubo años duros en todo sentido. Había compañeros sin dinero para ir a entrenar, no nos pagaban. Además, se burlaban de nosotros cuando Municipal ganó el pentacampeoanto (2006), pero ahora las cosas cambiaron y me puedo ir feliz", dijo Gómez.
En medio de la celebración, cuando el plantel crema festejaba el sexto título al hilo en un restaurante de la capital el domingo por la noche, Ribogerto tomó la palabra y comunicó su decisión. La alegría cambió por tristeza, muchos de sus compañeros confesaron haber llorado.
En el torneo que recién concluyó, Gómez jugó poco, alrededor de 50 minutos en los 26 partidos que disputó su equipo, pero no dejó de entrenar al 100 por ciento como desde el primer día.
Atrás quedó 1995, cuando Rigoberto Gómez con 18 años arribó a Guatemala. "Venía a una prueba, pero me recuerdo que el directivo que me llegó a traer al aeropuerto esperaba un jugador hondureño alto, de al menos 1.90 y no. El que venía era yo, un flaquito con una bolsa en la mano y muchos sueños".
Además de vestir la camisola blanca casi todos los 20 años de carrera, también militó en Santa Lucía Cotzumalguapa y Teculután.
El número "22" de Comunicaciones nació un 9 de enero de 1977 en Tegucigalpa, Honduras, pero hizo toda su carrera profesional en Guatemala, incluso visitió la camisola de la Selección Nacional en varios partidos.
Ahora vienen los proyectos personales, Rigoberto Gómez también afirma que está a disposición del club. "Yo estoy en la disposición de ayudar y devolver a Comunicaciones lo que hizo por mí", cerró el ahora exjugador, con otra pausa por las lágrimas que no dejaban de correr en sus mejillas.
Se va como un campeón, el número 22 quizás lo retirarán de los uniformes de Comunicaciones, como en su momento lo hicieron con el 7 de Rolando Fonseca. Su lugar en el medio campo, es ocupado por otro hijo de la casa, Jorge Aparicio.