Los republicanos, adversarios del presidente Barack Obama, se encaminaban este martes a conquistar el control del Congreso en las elecciones legislativas, logrando victorias clave para sus candidatos en los primeros resultados.
El primer senador reelecto de la noche, el jefe de los republicanos Mitch McConnell fue apoyado por los votantes de Kentucky, un estado donde los demócratas habían invertido fuertemente a la espera de un trofeo simbólico.
En caso de cambio de poder en la cámara alta del Congreso, el legislador de 72 años se convertiría en la cara de la oposición a Obama.
Los republicanos también cantaron victoria en Virginia del Oeste, Arkansas y Dakota del Sur, tres de los seis puestos claves que deben arrebatar a los demócratas para alcanzar la mayoría en el Senado de 100 escaños.
Los primeros resultados de la jornada confirmaron las expectativas de que los adversarios de Obama se encaminan a dominar las dos cámaras del Congreso por primera vez desde 2006 y ensombrecer sus dos años restantes en la Casa Blanca.
En la Cámara de Representantes, los republicanos garantizaron al menos 226 de los 435 escaños, según proyecciones de varias televisoras.
En las "midterms" o elecciones de mitad de periodo, tradicionalmente crueles para el partido en el poder, los estadounidenses votaban para renovar la totalidad de la cámara baja, 36 de 100 bancas del Senado, y 36 de 50 gobernaciones de estados.
"Gran noche"
El conteo de votos continuaba en varios estados, pero la atención está centrada en ocho batallas clave por el Senado.
Los republicanos deben conquistar tres predios demócratas y retener otros escaños en terrenos propios para conquistar la mayoría cámara alta.
Actualmente los demócratas tienen una mayoría de 55 a 45.
Sin embargo, la jornada podría ser larga, aún sin contar con las probabilidades de balotaje en Luisiana (sur) y Georgia (sureste), el 6 de diciembre y 6 de enero, respectivamente.
"Será una gran victoria, será una gran noche", dijo este martes el senador John Cornyn, segunda figura de los republicanos en la cámara alta.
Los republicanos han insistido durante meses en que la elección es un referendo contra Obama, a quien culpan de la crisis en Siria, la falta de preparación frente al ébola y no le perdonan la reforma del sistema de salud, "Obamacare".
Dos años difíciles
La relativa impopularidad del presidente (que lo alejaron de las campañas demócratas), se reflejaba en las encuestas de boca de urna este martes.
Dos tercios estimaron que el país marcha en una dirección equivocada, según un sondeo de ABC.
Según una encuesta de CNN 79% de quienes votaron desaprueban la labor del Congreso menos de un tercio dice estar satisfecho con el gobierno de Obama.
Según NBC, la proporción de votantes menores de 30 años que acudió a las urnas es menor que en 2010, un factor de desventaja principalmente para los demócratas que desplegaron una alta movilización para contrarrestar el bajo entusiasmo de su base electoral.
McConnell anunció que pretendía que los próximos dos años sean productivos para los objetivos republicanos como una reforma fiscal y la revisión de aspectos de la reforma sanitaria "Obamacare".
Pero el partido republicano está dividido y los legisladores del ala conservadora Tea Party como el senador Ted Cruz no tienen la intención de extender la mano a los demócratas.
"Si a los republicanos les va mejor de los previsto y ganan el Senado a lo grande, los demócratas deberían repensar sus políticas, incluyendo Obamacare, y sus tácticas electorales", señaló Daniel Paul Franklin, profesor de Georgia State University.
"Después nos quejamos"
Muchos latinos, que tienden a favorecer a los demócratas, salieron a votar este martes, pero no pocos se quedaron en casa desilusionados por las promesas incumplidas, entre ellas la de una reforma migratoria.
Según el instituto demográfico Pew Hispanic votarían unos 7.8 millones de los 25.2 millones de latinos habilitados, una cifra récord para la primera minoría del país.
"Aquí la gente es un poquito menos dada a votar, sobre todo la gente de origen hispano, como que no le gusta votar, pero después nos quejamos de que las cosas están mal", dijo Rosa Sánchez, de origen mexicano en Miami.