Salvador Estuardo González, más conocido como “Eco”, ofreció este lunes una ampliación de su declaración, con la cual se logró comprender de mejor manera cómo funcionaba la supuesta red de defraudación aduanera conocida como “La Línea”.
“Eco” empezó su declaración indicando que no pretende perjudicar a nadie y que tampoco esperaba salvarse a sí mismo.
A diferencia de los otros capturados, “Eco” no quiso desvincularse de la estructura. Aunque reveló los detalles que conocía, reconoció los supuestos delitos que habría incurrido.
Sin embargo, aseguró que su inclusión dentro de la estructura la asumió como una asesoría, por la cual recibía una remuneración. Sabía que algunas acciones que realizaba estaban mal, por lo cual intentó renunciar dos veces, pero entre Juan Carlos Monzón y Roxana Baldetti no se lo permitieron.
Además, aseguró que terminó de comprender en lo que estaba metido al oír las escuchas telefónicas durante la audiencia de primera declaración.
Siete personajes son clave para comprender cómo funcionaba La Línea y que gracias al testimonio de “Eco” se entiende mejor. Estos son sus perfiles.
Él era el operador de La Línea entre los aduaneros, el contacto clave. Reportaba a los cabecillas. Pero quejas sobre él, en torno a que no reportaba a totalidad los sobornos, o la R2, provocó roces internos.
Debido a estas riñas, la red criminal habría salido a luz y fue evidente para que iniciaran las investigaciones. Una vez entró la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), conocida a lo interno de La Línea como “la cinco letras”, desde la cabeza se ordenaron los cambios necesarios y él resultó desplazado.
Audio de Osama Aziz:
Según indicó él mismo en su testimonio, trabajó desde afuera de la estructura, como si fuera un negocio más de Otto Pérez y Roxana Baldetti, de quienes reconoció que administraba sus empresas de cartón.
Lo contactó Juan Carlos Monzón y él lo llevó a conocer a la pareja presidencial. Ellos le confiaron, además, otras labores. Según “Eco”, su labor consistía en administrar los ingresos. Aunque supo que la actividad era ilegal, y por esa razón habría intentado renunciar, se dio cuenta del impacto hasta después de ser capturado.
Se encargaba de llevar las cuentas, por lo que sabía sobre la repartición de la R2, es decir, lo defraudado por la red criminal. En algún momento, incluso, quiso hacer cambios en la SAT para mejorar la R1, es decir, la recaudación oficial.
¿Por qué le dicen "Eco"?
Sustituyó a Osama Aziz como coordinador en las Aduanas. Habría negociado con los operadores y habría logrado calmar las aguas. Él tuvo sus vínculos con la Red Moreno, por lo que conocía el “negocio”.
Sin embargo, según “Eco”, él ya había sido condenado por el Caso Moreno, y no quería más problemas. Habría ingresado a la estructura con el beneplácito de la Embajada de Estados Unidos. Días antes de ser capturados, “Teniente Jerez” le dijo por mensaje en su teléfono quién era su contacto en la embajada, a quien le tendría que presentar un documento de reorganización de La Línea, para que estuvieran al tanto.
El exsecretario privado de Roxana Baldetti era el que realmente se movía entre todos los grupos: SAT, Aduanas, operarios, cabecillas. Era el vínculo de todo.
Fue quien llevó a “Eco” ante Pérez Molina y Baldetti y lo recomendó para administrar las finanzas de La Línea. Es la pieza clave para enlace con el Presidente, al igual que González.
Jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria. Habría procurado los cambios dentro de la SAT, pero tuvo muchos roces con Claudia Méndez, la que fungía como Intendente de Aduanas.
Incluso, según “Eco”, Muñoz llegó a amenazar a Méndez.
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De acuerdo con la declaración de “Eco”, Méndez controlaba las Aduanas. Entró luego del desplazamiento de Osama Aziz.
Al enterarse de que “Eco” y “Teniente Jerez” solicitaron a Recursos Humanos cambios de personal, con el fin de optimizar la labor en “La Línea”, ella envió un memorándum para evitar cualquier cambio sin su consentimiento.
Según “Eco”, tenía muchos roces tanto con Carlos Muñoz como con Juan Carlos Monzón y era complicado trabajar con ella, al igual que con Monzón.
Aunque no estaban metidos en el día a día de la organización criminal, sí hacían espacio para darle seguimiento a La Línea. Primero, según “Eco”, se reunían con él los martes y los jueves. Luego cambió a solo los miércoles.
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Ambos le habrían confiado otras empresas, la mayoría de cartón a “Eco”. Se preocupaban por la recaudación oficial, so pretexto para aumentar sus ingresos. Recibían el 50% de lo defraudado.
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En esta declaración, "Eco" confirma que ellos eran "El 1" y "La 2":
Escucha aquí el audio completo de la declaración de "Eco":
