El proyecto de Presupuesto de Ingresos y Egresos para 2016 confirma que las proyecciones de recaudación de impuestos para el próximo año serán menores que la actual, ya que contempla una deuda de más de 14 mil millones de quetzales, en su mayoría bonos del tesoro.
En medio del caos del antejuicio contra el presidente Otto Pérez, el ministerio de Finanzas entregó al Congreso de la República el proyecto de Presupuesto para el próximo año, y entre los detalles se puede apreciar un incremento considerable en la deuda bonificada, la cual suma 11 mil millones de quetzales.
En total, el Presupuesto es de 72 mil 430 millones de quetzales, superior en casi 2 mil millones respecto del aprobado para este 2015, el cual es de 70 mil 715 millones.
A la deuda proyectada para financiar el gasto se contempla un préstamo al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por 1 mil 74 millones de quetzales, 642 millones que prestará el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 367.6 millones a la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA), 511 millones al Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y 449 millones a otros organismos financieros que no detalla. Un total de 3 mil 45 millones de quetzales.
Sumando los bonos y los préstamos, el total es de 14 mil 106 millones de quetzales, una diferencia en 1 mil 953 millones de quetzales, respecto de la deuda aprobada para este 2015. Dicho incremento responde a una estrepitosa caída en la recaudación de impuestos.
Dorval Carías, ministro de Finanzas, explicó que la deuda actualmente es manejable, pero es una señal de alerta para reestructurar los mecanismos de captación de impuestos. “Lo primero que hay que hacer es fortalecer la SAT, luego sería prudente revisar algunas leyes, pero ahora no es el momento”.
Recaudación a la baja
El ministerio de Finanzas decidió colocar la meta de recaudación en 54 mil 555 millones de quetzales, la cual es levemente inferior a la programada para este año que fue de 54 mil 700 millones, la cual, dicho sea de paso, no será alcanzada y cerrará el año con 4 mil millones menos.
Carías explicó que el Proyecto no incluye (finalmente) lo contemplado al Impuesto a la Telefonía, aprobado de forma polémica el año pasado y que nunca logró entrar en vigencia, y que además, provocó la baja recaudación para este 2015.
Reducciones y pago de deuda
El presupuesto contempla el pago de deuda por 12 mil 448 millones de quetzales; es el 17.2% del proyecto; de los cuales 7 mil 978 corresponden a los pagos de intereses de los bonos del tesoro adquirido en años anteriores. Un total de 4 mil 470 millones, es el pago de amortización de prestamos a entidades extranjeras.
Los gastos de funcionamiento y de inversión, ascienden a 59 mil 981 millones de quetzales. Eso quiere decir, que los préstamos que se solicitan servirán para pagar las obligaciones del Gobierno por las deudas adquiridas.
Pero, pese al incremento de la deuda, Finanzas propuso reducir 117 millones de quetzales al presupuesto del Ministerio de Salud (la reducción se debió a que Salud ejecutó este año un préstamo por dicha cantidad); una baja de 216 millones a las Secretarías y otras dependencias del Ejecutivo, y redujo 2 mil 367 millones en el rubro de las Obligaciones del Estado a Cargo del Tesoro.
Este último también fue polémica en el presupuesto anterior, pues se colocaron 1 mil 965 millones de quetzales que se distribuyeron de forma arbitraria en el Ministerio de Comunicaciones.
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Pero, otros ministerios como el de Comunicaciones, recibió un aumento de 123 millones de quetzales, Educación 592 millones, Ministerio de Gobernación 61 millones; el Ministerio de Desarrollo Social aumentó 148 millones sus gastos y el Ministerio de Cultura y Deportes tiene 43 millones más.
Renuncia vigente
Carías reafirmó que su renuncia sigue en pie y que la razón fundamental por la que decidió marcharse junto con dos viceministros es porque la crisis política actual, hace complicada la labor técnica dentro del ministerio de Finanzas y “con presupuesto limitado”.
Además, detalló que la elaboración del presupuesto no tiene influencia del Organismo Ejecutivo y reconoció que desde marzo pasado ya no recibe “presiones” del Presidente para trabajar las Finanzas Públicas.