El presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, tomó distancia respecto a las consecuencias del contrato anómalo para atención de pacientes renales en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y por el cual murieron al menos 16 personas y dijo "no sentirse responsable" de ello porque se trata de una institución autónoma.
Un día después de que la Corte Suprema de Justicia (CSJ) diera trámite al antejuicio presentado en su contra por ambos casos de corrupción en su gobierno, el mandatario dijo que "no ha cometido ningún hecho ilícito en ese aspecto", y a la solicitud de la Asociación de Pacientes Renales del IGSS, sobre una disculpa pública por parte de Pérez Molina, el gobernante no respondió si finalmente lo haría.
A la petición de una indemnización para las familias de los afectados, el mandatario dijo que "condena la muerte de los pacientes" y que analizarán de dónde se podrían obtener los recursos para hacer un posible pago.
Al cuestionarle al mandatario sobre si renunciará o no al cargo de forma "valiente" como él mismo afirmó que lo hizo la exvicepresidenta Roxana Baldetti, de nuevo dijo no, porque es inexistente una vinculación directa (de él) con ambos casos de corrupción. Sobre si iría al Congreso a defender su inocencia esto expresó.
* Con información de Juan Manuel Vega/Soy502