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Bastó que pusiera un pie en la escuela que lleva su nombre, para que el presidente Alejandro Maldonado Aguirre sintiera el peso de la nostalgia. Empujado, quizá, por el poco tiempo que le queda en el cargo dio un discurso lleno de anécdotas en el que casi se le quiebra la voz.
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Además, dejó consejos para los niños y también un recuerdo. Él quería ser presidente desde que tenía 5 años.
La historia del porqué la escuela lleva su nombre:
Quería ser Presidente desde los 5 años:
Un mensaje para los niños:
Se despidió de los presentes con una frase que ya le hemos escuchado antes: “Adios, amigo mío. No pierdas el tiempo odiando, ni teniendo miedo“.
