Principales Indicadores Económicos

La pobreza es un estado mental

  • Por Soy502
25 de enero de 2015, 20:58
Existe la extrema pobreza, que es una tragedia, pero en general, todos tenemos carencias materiales. Sin embargo, la peor de las pobrezas es la espiritual. (Foto: Soy502).

Existe la extrema pobreza, que es una tragedia, pero en general, todos tenemos carencias materiales. Sin embargo, la peor de las pobrezas es la espiritual. (Foto: Soy502).

La pobreza, usualmente, se identifica con la carencia de bienes, sin embargo es mucho más un estado mental que un estado material. 

Carencias materiales casi todos tenemos. Hay estados de pobreza extrema que son tristes casos, mas no es eso el punto de la afirmación.

El pensamiento y la actitud de pobreza es la que llama mi atención. Hay gente que tiene medios, posibilidades, oportunidades y sigue sin vivir una vida "rica". 

Viven aferrados a lo que tienen: poco o nada. Con el miedo a perderlo. Dejan pasar el momento, el presente, sin lograr disfrutar. Desconfían de todos. Buscan siempre aprovecharse de los demás. Nunca son ayuda, siempre son carga. Envidian y chismean. Se fijan en lo negativo. Viven en un mundo de dobles intenciones. 

El futuro siempre es peor. Sin planes ni visión de vida. 

Hay personas cuya única meta es poseer, que viven bajo el miedo de perder aquello material que temporalmente tienen.
Hay personas cuya única meta es poseer, que viven bajo el miedo de perder aquello material que temporalmente tienen.

Gente que su única meta es tener. Incapaces de tender una mano. Incapaces de sentir compasión. Incapaces de proveer por otro. No digo económicamente, sino proveer refugio emocional; proveer esperanza; proveer una sonrisa. 

Esa pobreza es un estado mental que obliga a pensar que lo que den, sea felicidad, esperanza o dinero, es algo que pierden. Esa pobreza como estado mental es la que les prohíbe alegrarse del triunfo de otro. Es la que los mueve a burlarse del otro o encontrarle explicaciones basadas en teorías de la doble intención a la felicidad o prosperidad de los demás. 

Esa pobreza como estado mental poco tiene que ver con la riqueza material y mucho con la dureza de corazón. 

Una vida rica se nota. Se nota en la realización, en la seguridad, en la esperanza, en la confianza que inspira y que regala a los demás. En esa nobleza transparente en su actuar. 

Tristemente, la pobreza como estado mental corroe la vida de muchas personas...

¿Cómo es la suya? 

Un corazón duro no late.
Un corazón duro no late.

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