Mucho se ha discutido en torno a la precisión y la objetividad de las encuestas publicadas en los medios de comunicación, ya sea como información o como propaganda sufragada por los candidatos.
Vaticinios malogrados
El origen de la crítica se debe en muchos casos a las diferencias que se han registrado entre la intención de voto medida por algunas encuestas y los resultados obtenidos en las urnas.
Algunos de estos fallos han sido muy comentados. Por ejemplo, tal es el caso de las encuestas realizadas por la empresa Marketing Support durante la contienda de 2011. La medición que más discrepó con la realidad fue la de la contienda por la alcaldía capitalina, pues a pocos días de los comicios, la encuesta mostraba un empate técnico entre Álvaro Arzú, del Partido Unionista (PU), y Alejandro Sinibaldi, del Partido Patriota (PP). Al final de cuentas, Arzú fue el ganador de la contienda, con 37% de los votos, mientras que Roberto González Díaz Durán, de Compromiso, Renovación y Orden (CREO) obtuvo el 28% de la votación y Sinibaldi ocupó el tercer lugar, con 26%.
Otra medición fallida fue la que realizó la empresa Aragón y Asociados para determinar las preferencias de los votantes para la alcaldía de Mixco. Esa medición dio por triunfador a Amílcar Rivera, del Partido Victoria (PV), cuando el ganador fue Otto Pérez Leal, del PP.
¿Números manipulados?
Los políticos guatemaltecos suelen mostrar mucho recelo ante la publicación de encuestas realizadas por medios de comunicación o por su propios rivales, ya que por lo general, disienten con las cifras que éstas muestran. Tan así que en el proceso electoral de 2003, diez candidatos denunciaron lo que ellos calificaron como "corrupción electoral mediante fraude mediático" y trataron de limitar la publicación de encuestas sobre la intención de los votantes, alegando que en los muestreos realizados por la prensa había sesgos políticos.
Sin embargo, también es cierto que muchos políticos realizan encuestas por su cuenta, a veces incluso con empresas de investigación desconocidas, y luego las publican como anuncios.
Una instantánea
Expertos en investigación social, como la politóloga Carmen Ortiz, de la Universidad Rafael Landívar, indican que el público debe evaluar con cautela las encuestas que se le presentan en época electoral. "Es necesario tomar en cuenta la autoría de la encuesta y su ficha técnica, para determinar con qué profesionalismo se realizó la medición", indica la especialista.
El periodista y sociólogo Gustavo Berganza indica que lo más importante a considerar es que las encuestas constituyen un retrato estadístico de un momento. "Una encuesta es una foto de un momento", afirma Berganza. "En un país tan voluble como Guatemala eso es muy importante. Los datos deben recogerse, analizarse y publicarse muy rápido porque un solo día --si hay crisis-- puede influir mucho en el ánimo de los votantes".
