Guatemala registró la tasa de homicidios más baja durante los últimos cinco años, al finalizar el 2014, un logro que sin duda el Presidente Otto Pérez Molina atribuirá a sus tres años de Gobierno cuando presente su informe, en el Palacio Nacional de la Cultura. Sin embargo, existe una batalla contra la inseguridad que perdió en la ciudad capital, y un costo político muy alto que deberá pagar.
La Policía Nacional Civil (PNC) contabilizó 4 mil 998 homicidios en todo el país al concluir el 2014, una reducción del 7% en comparación con lo registrado en 2013, lo cual deja una tasa de 32 homicidios por cada 100 mil habitantes y una reducción del 17% en los asesinatos violentos durante los últimos tres años.
Pese a ello, las políticas públicas de seguridad para lograr una reducción de asesinatos, la compra de armas sin licitar por parte del Ministerio de Gobernación, así como la creación de escuadrones de reacción inmediata, no generaron ningún efecto en la ciudad de Guatemala durante el 2014.
Esto revierte, por primera vez en cuatro años, una tendencia de homicidios que se proyectaba hacia la baja en la ciudad capital.
Un análisis realizado por Carlos Mendoza, del Central American Business Inteligence (CA-BI), detalla que la capital finalizaría el 2014 con una tasa de 75 homicidios por cada 100 mil habitantes (datos preliminares), una cifra alarmante, puesto que en 2013, la tasa de asesinatos violentos era de 69 por cada 100 mil.
Años violentos
El análisis de Mendoza destaca que el año más violento en el país fue el 2009, en el que se registraron 47 homicidios por cada 100 mil habitantes. Luego de ese año, la tendencia ha sido a la baja, alcanzando al cierre del año pasado una reducción de 32 por cada 100 mil.
La seguridad prometida
Fallar en seguridad en la capital podría representar un costo político que el Partido Patriota deberá pagar en las próximas elecciones, ya que el voto en la ciudad fue determinante en la contienda electoral pasada, impulsado por la promesa de mejorar la seguridad.
Sin embargo, al inicio de su gestión, Pérez Molina modificó las proyecciones destacando que al finalizar el 2014 la meta sería una tasa de 30 homicidios por cada 100 mil habitantes, pero tampoco fue así.
Mientras que para este 2015, la meta es una tasa de 25 homicidios por cada 100 mil habitantes. “Va un año atrasado, porque la tendencia a la baja se estancó en 2013; necesitaría un año de Gobierno más para cumplir con lo prometido”, concluyó Mendoza.